El viernes el INE español publicará la Encuesta de Población Activa (EPA) del primer trimestre de 2010 ¿Con qué nos vamos a encontrar? Un aumento del paro (286.000 personas), mayor destrucción de empleo (251.000 ocupados menos) y, esta es la novedad, un aumento de la población activa de 34.400 personas que sitúan el total de la población activa española en 23 millones. Hay que remontarse un año atrás, al primer trimestre de 2009, para encontrar un trimestre en que también aumentó la población activa. En ese trimestre la población activa española alcanzó su máximo histórico: 23,1 millones de activos. En el primer trimestre la tasa de paro, y esta es la mala noticia, subió al 20,05% de la población activa. Es la primera vez desde 1997 que la tasa de paro supera la cota del 20%.En España, todos sabemos que la reducción del desempleo es el reto más importante que tiene planteado la economía española.
Contra todo pronóstico aumenta la población activa
La población activa de un país es igual a la suma de las personas ocupadas (los que tenemos un empleo) y las paradas (los que no tiene empleo pero lo buscan). La población activa refleja el mercado de trabajo. La Encuesta de Población Activa (EPA) que se publicará el viernes (primer trimestre de 2010), es extraña porque aumenta el número de activos (34.400 activos más), disminuye el número de ocupados (251.700 ocupados menos) y aumenta el número de parados (286.200 parados más). Por tanto, el aumento del paro es mayor que la destrucción de empleo. Según la EPA la ocupación total en España, en el primer trimestre, fue de 18.394.200 trabajadores, lo que supone una reducción de 251.000 personas con respecto al cuarto trimestre del año pasado. Hay que remontarse al 4º trimestre de 2004 para encontrar una ocupación menor.
¿Por qué aumenta la población activa?
La EPA rompe la tendencia iniciada en el segundo trimestre del año pasado de descenso del número de activos, es decir, n el primer trimestre de este año hay más personas que buscan trabajo de las que había en el 4º trimestre del año pasado lo que hace sospechar que está aumentando el número de personas que 1) trabajando en la economía sumergida confiesan a los encuestadores que tienen trabajo o que están parados, cuando antes decían que eran inactivos 2) habían abandonado el mercado de trabajo para formarse mejor y que terminado ese periodo de formación han vuelto al mercado de trabajo para buscar empleo, 3) que se incorporan al mundo laboral porque otros miembros de su familia se les ha agotado la prestación por desempleo (han dejado de cobrar), y dadas las malas perspectivas de esos miembros de la familia en paro otros se animan a buscar empleo y 5) entran del extranjero más trabajadores de los que salen.
El necesario cambio de modelo económico
Los datos de ocupación del primer trimestre, tanto de la EPA como los de afiliación a la Seguridad Social siguen señalando que España se enfrenta a una desgraciada combinación de modelo económico agotado (y que no parece que por ahora tenga recambio) con una fuerte caída de la actividad económica. Su manifestación más grave es precisamente el fuerte aumento en el paro y en la destrucción de empleo.
Soluciones al problema
Otros países como Francia y Alemania están saliendo de la crisis poniendo a sus parados a trabajar en lo mismo en que trabajaban antes de la crisis. En España no: tendremos que dar ocupación a nuestros desempleados en otros sectores, a poder ser con alto contenido tecnológico y con vocación exportadora. Una pesada digestión, que durará años, tras los excesos de la construcción inmobiliaria. Para favorecer este cambio de modelo sería prioritario cambiar la política económica y hacer cuanto antes la reforma laboral (simplificación de los contratos, mejorar la formación de los trabajadores que facilite la reasignación de la mano de obra entre sectores económicos, disminución escalonada de las prestaciones por desempleo, descentralización de la negociación colectiva, mayor movilidad geográfica y funcional, etc.). Así mejoraría la competitividad de nuestra economía y se evitaría seguir destruyendo empleo. Solo una mayor competitividad nos permitirá recuperar la senda de crecimiento económico y la creación de empleo.
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