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Ene

Esta mañana el INE ha publicado las cuentas no financieras de los sectores institucionales (3T de 2009), herramienta indispensable para analizar las tendencias de ahorro e inversión de los diferentes agentes y, por tanto, la evolución de las necesidades de financiación de la economía española. Como era de esperar, la fuerte recesión de la economía española, en parte originada en la importante restricción crediticia que existe en los mercados financieros internacionales, está permitiendo reducir la apelación al ahorro externo desde niveles máximos cercanos al 10% del PIB, hasta el 3,6% del 3T de 2009. Esta tendencia continuará en los próximos trimestres, pues el aumento del gasto e inversión pública será incapaz de compensar el fuerte retroceso de la demanda privada. De manera que en este año 2010 las necesidades de financiación podrían situarse por debajo del 3% del PIB.

Este descenso de la apelación al ahorro externo está permitiendo reducir la posición deudora neta de España frente al resto del mundo. Pese a ello, debemos ser conscientes que debemos al exterior, aproximadamente más de 850.000 millones de euros en términos netos.

Fuerte endeudamiento del sector público

La necesidad de financiación de la economía (-9,2% del PIB) se distribuye entre  sector público y empresas no financieras (con necesidades del 7,1% y 2,1%, respectivamente), por un lado, y familias e instituciones financieras (con capacidad de financiación en ambos casos del 3,8% y del 1,8%), por otro. Se prolonga el cambio de tendencia en la evolución financiera de los distintos agentes, que se inició en 2008: por un lado, empresas y familias, ante el elevado endeudamiento que acumulan, se ven forzados a reducir la brecha entre ahorro e inversión; por otro, el parón de la actividad y las medidas discrecionales puestas en marcha para hacerla frente afectan a las cuentas del sector público, que experimentan un agudo empeoramiento, lo que está reduciendo rápidamente el margen de actuación de la política fiscal y obligará, antes o después, a un cambio de rumbo de la misma, mediante la contención del gasto y/o subidas de impuestos, lo que podría quebrar una incipiente y débil recuperación.

Caída espectacular del consumo de las familias

En el caso de los hogares, la intensa destrucción de empleo, junto con la necesidad de recomponer su situación financiera, el efecto riqueza negativo derivado de los menores precios inmobiliarios y las condiciones de crédito más restrictivas están mermando sensiblemente el gasto de las familias, lo que facilita la recuperación del ahorro, que se sitúa en máximos históricos (14,1% de la renta bruta disponible, 4,6 puntos más que hace un año). En este sentido el INE destaca que el gasto en consumo final de los hogares cayó un 6,3% en este periodo, lo que provocó que el ahorro aumentase un 46,3% hasta alcanzar los 24.652 millones de euros, que suponen 7.798 millones más con respecto al mismo trimestre de 2008.

En definitiva, la recesión y el elevado apalancamiento de familias y empresas está obligando a que sean mucho más cautelosas en sus decisiones de gasto, lo que está provocando un aumento del ahorro, en parte compensado por una tendencia diametralmente opuesta del sector público. Pero en el agregado, se detecta una incipiente corrección de los excesos de principios de esta década.

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