Hace poco supimos que la economía estadounidense había crecido un 3.5% en el tercer trimestre de 2009. Esto constituyó una muy buena noticia y para muchos señalaba el fin de la recesión y de los problemas económicos que la primera potencia económica mundial ha venido sufriendo en los últimos trimestres, al igual que tantos otros países en todo el mundo. Dependiendo de la definición que se use, es posible que algunos defiendan que la recesión económica en efecto ha terminado, pero es excesivo defender, a partir de ese dato bueno, que los problemas económicos de Estados Unidos han quedado en el pasado.
De hecho, las noticias sobre el nivel de desempleo que aparecieron el viernes han sido un buen recordatorio de que debemos ser aún cautos, pues la recuperación se anticipa lenta. Los datos han señalado que la tasa de desempleo en Estados Unidos llegó a un 10.2% en octubre, desde un 9.8% en septiembre, por encima de lo que esperaban los expertos, que apuntaban a un nivel de 9.9%. Es cierto que en las previsiones de los expertos se pensaba que se llegaría a superar los dos dígitos, pero sólo a finales de 2009 o en el primer semestre de 2010.
Este nivel es similar al alcanzado en abril de 1983, hacia el final de una de las mayores crisis económicas del siglo XX. De hecho, el máximo histórico, desde que se mantienen estas estadísticas (cerca de 60 años), fue de 10.8% a finales de 1982.
El nuevo nivel de desempleo implica que la pérdida neta de empleos en el mes de octubre fue de 190.000. Y aunque el desempleo bajó entre los graduados universitarios desde un 4.9 a un 4.7% y también en el sector de la salud, éste subió entre los trabajadores de la industria, de la construcción (que ha eliminado 1.6 millón de empleos desde diciembre de 2008), entre los más jóvenes, y en general, entre los hombres adultos. En total se estima que se han perdido cerca de 7.3 millones de empleos desde principios de 2008, aunque el ritmo de pérdida de puestos de trabajo ha disminuído, lo que se puede interpretar como un dato bueno dentro del carácter general negativo de la noticia. Pero si parece claro que aunque hay una cierta recuperación en el crecimiento del PIB, esto aún no se está traduciendo en generación de empleos. Por eso, hay que tener cuidado con las interpretaciones excesivamente optimistas del dato de crecimiento.
La recuperación, como ya sabíamos, será lenta, y en algunos aspectos, como éste del empleo en los Estados Unidos, es muy probable que aún no se haya tocado fondo.
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