Hace 15 años, por estas fechas, España soportaba la tasa de paro más alta de su historia. El primer trimestre de 1994, pasó a la historia con este triste record. El paro, según el INE, fue del 24,5% de la Población Activa en ese primer trimestre, acercándose mucho al 24,9% alcanzado por EEUU en el año 1933 que fue el de mayor paro de la Gran Depresión. ¿Cuáles fueron las causas de los altos niveles de paro en España en 1994? ¿Podemos aprender algo de aquella mala experiencia? ¿Tiene sentido rememorar tan triste acontecimiento? ¿Se puede comparar aquella situación con la actual?
La causa de la elevada tasa de paro a la que nos referimos hay que encontrarla en la recesión económica de 1993. En 1993, al igual que está sucediendo ahora, el Producto Interior Bruto (PIB) español se contrajo un 1%. Los orígenes de aquella crisis están en la fase álgida del ciclo económico que se produjo a finales de la década de los años ochenta. (Por cierto, los orígenes de la crisis actual de España están también en la fase álgida del ciclo económico iniciada a finales de la década de los años noventa). Los gobiernos de finales de los 80 (y también los que tuvo España desde finales de los años 90: los de Aznar y Zapatero) deberían haber aplicado una política más anticíclica.
Política fiscal expansiva
A finales de los años 80 y comienzos de los 90, Felipe González y su ministro de Economía Solchaga, hicieron justo lo contrario de lo que debían hacer y generaron un exagerado y procíclico gasto público que condujo a déficit públicos y deuda pública muy superiores a los normales. Aumento de funcionarios y de los sueldos de los funcionarios, aumento de las pensiones, gasto de todo tipo de infraestructuras (Olimpiadas de Barcelona, Expo de Sevilla, Ave), etc. Aquella política fiscal expansiva y procíclica unida a un espectacular crecimiento de la demanda privada de consumo e inversión, provocaron un “recalentamiento” de la economía con subidas de precios superiores a las europeas.
Política monetaria restrictiva
Para estabilizar los precios se aplicaron políticas monetarias restrictivas, es decir, se subieron los tipos de interés con el fin de contener la expansión de la demanda agregada. Esta política económica (combinación de política fiscal expansiva con política monetaria restrictiva) hizo mucho daño a la economía española: Los tipos de interés altos fomentaron entradas masivas de capital extranjero que provocaron una excesiva apreciación real del tipo de cambio (fortaleza de la peseta) en el período 1988-92, lo que empeoró la posición competitiva de los bienes y servicios españoles, provocando persistentes déficit de la cuenta corriente (desde 1988 hasta 1995).
Record de morosidad
Las desastrosas consecuencias de esta política económica se pusieron de manifiesto en 1993 y 1994. Efectivamente los elevados tipos de interés (también necesarios para financiar los déficit públicos) y el descenso de las exportaciones (provocado por la apreciación de la peseta) hicieron que los márgenes empresariales se comprimieran, lo que redujo la inversión (caída de la formación bruta de capital entre 1993 y 1994 del 7,5%) y aumentó el paro. El paro y el impago de los créditos tienen una correlación muy estrecha, por eso en febrero de 1994, justo también ahora hace 15 años, la tasa de morosidad registrada también alcanzó un triste récord: 8,7 por ciento. Hoy, en España aunque también existe un aumento de la morosidad, sobre todo de los créditos al consumo, crédito promotor y en algunos segmentos del crédito hipotecario, sin embargo, la mora es todavía baja.
¿Se puede aprender algo? ¿Se puede comparar aquella situación con la actual? ¿El aumento del paro actual generará ahora tasas morosidad del 8%? Querido lector me gustaría saber tu opinión para tenerla en cuanta al escribir mi próximo post.
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