La Reserva Federal (FED) de Estados Unidos (EEUU) bajó hoy los tipos de interés dejándolos en el 0,25%, un nivel que no tiene precedentes. La razón hay que encontrarla en la dramática crisis financiera que padecemos y en la recesión económica que con toda seguridad atraviesa EEUU ya que el PIB americano de este cuarto trimestre volverá a tener un crecimiento negativo.
Otros bancos centrales del mundo, incluido el Banco Central Europeo (BCE) recortarán también sus tipos de interés a principios de 2009, en la medida en que los trastornos que se están generando en el mercado financiero sigan frenando el crecimiento económico. En este sentido muchos analistas esperan que el BCE vuelva a reducir en enero los tipos en medio punto porcentual situándolos en el 1,75%.
La caída espectacular en los precios de las materias primas y la posibilidad de una recesión mundial hacen prever en 2009 una inflación alrededor del cero, hasta el punto que la deflación es también una posibilidad. La inflación mensual de noviembre, en EEUU, volvió a ser negativa (-1.7%) la mayor caída mensual desde 1932 y la anualizada se queda en el 1.1%. En este sentido la bajada de tipos tiene como objetivo no solo estimular el crecimiento sino también prevenir contra la amenaza de una deflación, es decir, de una caída generalizada de los precios. No se debe olvidar que la deflación es peor que la inflación.
¿Qué podemos esperar de la FED?
A la FED solo le queda disparar el último cartucho, una bajada de 0,25%, hasta situar los tipos en 0%. Es decir, el ZIRP abreviatura de «Zero Interest Rate Policy» (Política de de tipo de interés cero), última medida monetaria para detener la deflación. Despues del ZIRP ya no hay espacio para nuevos recortes. Eso significa que la FED necesita usar otros instrumentos –en particular su capacidad para prestar y comprar activos– con el fin de animar la economía y vigorizar los mercados. El siguiente paso es que el Gobierno Federal baje masivamente los impuestos y aumente el gasto público.
En tiempos normales, los bancos centrales viven en un mundo sujeto a reglas, con políticas ortodoxas y objetivos de inflación estrictos y bien definidos. Pero estos no son tiempos normales por lo que a la FED no le preocupa ser heterodoxa y dar la liquidez que sea necesaria. No se debe olvidar que tanto en la Gran Depresión americana de los años 30 como en la reciente depresión japonesas las autoridades económicas empeoraron las cosas por aplicar recetas convencionales. Un error que la FED no está dispuesta a repetir.
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