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    [post_content] => Los últimos datos facilitados por el Banco de España vuelven a señalar la fuerte dependencia tecnológica española con respecto al exterior. Efectivamente, la balanza de “royalties” (que contabiliza el flujo anual de pagos y cobros por la utilización de patentes entre España y el resto del mundo) refleja un saldo bastante negativo (ver cuadro). Los ingresos por royalties en 2007 fueron de 382 millones de euros mientras que los pagos alcanzaron 2.223 millones lo que supone un déficit de 1841 millones. El saldo negativo de esta sub-balanza de la balanza de pagos no es novedad ya que es una constante en la historia económica de España. Lo que si resulta alarmantemente novedoso es el fuerte empeoramiento de dicha balanza de royalties con respecto al año 2006. Además, en 2007, la cobertura, que mide la proporción de importaciones que son cubiertas por las exportaciones, cae 20 puntos y se queda situada en tan solo el 17%; lo que significa que por cada 100 euros que paga España en concepto de royalties solo ingresa 17.

         CUADRO: BALANZA DE ROYALTIES (Millones de euros)

Año

Ingresos (X)

Pagos (M)

Cobertura X/M %

1985

15,8

195,6

8

1990

29,5

502,0

6

1995

98,0

769,3

13

2000

460

1819

25

2001

408

1875

22

2002

392

1923

20

2003

468

2229

21

2004

402

2443

16

2005

447

2121

21

2006

748

1995

37

2007

382

2223

17

         Fuente: Banco de España, 2007.
El análisis de otros indicadores también muestra que España importa mucha tecnología y exporta poca. La causa de este déficit tecnológico español se puede encontrar en los reducidos gastos en I+D, es decir, en la escasa “intensidad investigadora”. Los gastos en I+D representan un porcentajes del 1,12% del PIB muy alejado del promedio de la OCDE, que es del 2,25%. Además, en España solamente hay 2,5 investigadores en la industria por cada 1.000 trabajadores en el sector industrial mientras que la media de los países de la OCDE es de 6,8. La consecuencia de esta baja dotación de empleo tecnológico y de gasto en I+D es que en España se patenta poco. Así, en la Oficina Europea de Patentes (EPO), EE UU ocupa la primera posición con el 26% de las patentes solicitadas, seguido por Japón (18%), Alemania (17,8%), Francia el 6,5%, Corea del Sur (4%), Italia ocupa el sexto puesto (3,7%), en cambio España se sitúa en la posición 16 con el 0,9% de las patentes solicitadas en la EPO. España sufre, por tanto, un retraso tecnológico en comparación con los demás países de su entorno. Por tanto, parece que el país necesita hacer un esfuerzo mayor en investigación, lo que se traduciría en un mayor nivel tecnológico. El fenómeno de la globalización impone el necesario incremento de la competitividad y el constante reto de la innovación tecnológica. Por eso hay que dar la bienvenida a la apuesta del nuevo Gobierno por reforzar la investigación con la creación de un ministerio de Ciencia e Innovación. Una de las políticas que debe seguir este ministerio es incrementar la vinculación de las empresas con la investigación que realiza el sector público. No se debe olvidar que una parte muy importante de la investigación que se realiza en España la realiza el Sector Público, con el dinero de todos los españoles. De ahí que una de las misiones del sistema investigador público debe ser la de proporcionar al aparato productivo de la tecnología que necesita, favoreciendo, especialmente, el suministro de innovación a la pequeña y mediana empresa española. En este sentido, el nuevo ministerio de Ciencia e Innovación debe procurar que los organismos públicos de investigación se fijen como objetivo contribuir al desarrollo económico del país y ser centros de excelencia investigadora conectados a las necesidades del sector privado, capaces, por tanto, de preguntarse y de dar respuesta a las necesidades del mercado. No hay que olvidar que el objetivo de la política científica y tecnológica es el crecimiento económico y, por tanto, del empleo de alta productividad que es el que es duradero a largo plazo. Una versión más amplia de este post la puedes encontrar en el spuplemento MERCADOS que publica hoy domingo (4 de mayo) el diario EL MUNDO. [post_title] => Aumenta el déficit tecnológico español [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => closed [post_password] => [post_name] => aumenta_el_defi_2 [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2008-05-04 15:24:27 [post_modified_gmt] => 2008-05-04 14:24:27 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/archives/2008/05/aumenta_el_defi_2.php [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 6 [filter] => raw )
4
May
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         CUADRO: BALANZA DE ROYALTIES (Millones de euros)

Año

Ingresos (X)

Pagos (M)

Cobertura X/M %

1985

15,8

195,6

8

1990

29,5

502,0

6

1995

98,0

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2000

460

1819

25

2001

408

1875

22

2002

392

1923

20

2003

468

2229

21

2004

402

2443

16

2005

447

2121

21

2006

748

1995

37

2007

382

2223

17

         Fuente: Banco de España, 2007.
El análisis de otros indicadores también muestra que España importa mucha tecnología y exporta poca. La causa de este déficit tecnológico español se puede encontrar en los reducidos gastos en I+D, es decir, en la escasa “intensidad investigadora”. Los gastos en I+D representan un porcentajes del 1,12% del PIB muy alejado del promedio de la OCDE, que es del 2,25%. Además, en España solamente hay 2,5 investigadores en la industria por cada 1.000 trabajadores en el sector industrial mientras que la media de los países de la OCDE es de 6,8. La consecuencia de esta baja dotación de empleo tecnológico y de gasto en I+D es que en España se patenta poco. Así, en la Oficina Europea de Patentes (EPO), EE UU ocupa la primera posición con el 26% de las patentes solicitadas, seguido por Japón (18%), Alemania (17,8%), Francia el 6,5%, Corea del Sur (4%), Italia ocupa el sexto puesto (3,7%), en cambio España se sitúa en la posición 16 con el 0,9% de las patentes solicitadas en la EPO. España sufre, por tanto, un retraso tecnológico en comparación con los demás países de su entorno. Por tanto, parece que el país necesita hacer un esfuerzo mayor en investigación, lo que se traduciría en un mayor nivel tecnológico. El fenómeno de la globalización impone el necesario incremento de la competitividad y el constante reto de la innovación tecnológica. Por eso hay que dar la bienvenida a la apuesta del nuevo Gobierno por reforzar la investigación con la creación de un ministerio de Ciencia e Innovación. Una de las políticas que debe seguir este ministerio es incrementar la vinculación de las empresas con la investigación que realiza el sector público. No se debe olvidar que una parte muy importante de la investigación que se realiza en España la realiza el Sector Público, con el dinero de todos los españoles. De ahí que una de las misiones del sistema investigador público debe ser la de proporcionar al aparato productivo de la tecnología que necesita, favoreciendo, especialmente, el suministro de innovación a la pequeña y mediana empresa española. En este sentido, el nuevo ministerio de Ciencia e Innovación debe procurar que los organismos públicos de investigación se fijen como objetivo contribuir al desarrollo económico del país y ser centros de excelencia investigadora conectados a las necesidades del sector privado, capaces, por tanto, de preguntarse y de dar respuesta a las necesidades del mercado. No hay que olvidar que el objetivo de la política científica y tecnológica es el crecimiento económico y, por tanto, del empleo de alta productividad que es el que es duradero a largo plazo. Una versión más amplia de este post la puedes encontrar en el spuplemento MERCADOS que publica hoy domingo (4 de mayo) el diario EL MUNDO. [post_title] => Aumenta el déficit tecnológico español [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => closed [post_password] => [post_name] => aumenta_el_defi_2 [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2008-05-04 15:24:27 [post_modified_gmt] => 2008-05-04 14:24:27 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/archives/2008/05/aumenta_el_defi_2.php [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 6 [filter] => raw )

Los últimos datos facilitados por el Banco de España vuelven a señalar la fuerte dependencia tecnológica española con respecto al exterior. Efectivamente, la balanza de “royalties” (que contabiliza el flujo anual de pagos y cobros por la utilización de patentes entre España y el resto del mundo) refleja un saldo bastante negativo (ver cuadro). Los ingresos por royalties en 2007 fueron de 382 millones de euros mientras que los pagos alcanzaron 2.223 millones lo que supone un déficit de 1841 millones. El saldo negativo de esta sub-balanza de la balanza de pagos no es novedad ya que es una constante en la historia económica de España. Lo que si resulta alarmantemente novedoso es el fuerte empeoramiento de dicha balanza de royalties con respecto al año 2006. Además, en 2007, la cobertura, que mide la proporción de importaciones que son cubiertas por las exportaciones, cae 20 puntos y se queda situada en tan solo el 17%; lo que significa que por cada 100 euros que paga España en concepto de royalties solo ingresa 17.

         CUADRO: BALANZA DE ROYALTIES (Millones de euros)

Año

Ingresos (X)

Pagos (M)

Cobertura X/M %

1985

15,8

195,6

8

1990

29,5

502,0

6

1995

98,0

769,3

13

2000

460

1819

25

2001

408

1875

22

2002

392

1923

20

2003

468

2229

21

2004

402

2443

16

2005

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2121

21

2006

748

1995

37

2007

382

2223

17

         Fuente: Banco de España, 2007.

El análisis de otros indicadores también muestra que España importa mucha tecnología y exporta poca. La causa de este déficit tecnológico español se puede encontrar en los reducidos gastos en I+D, es decir, en la escasa “intensidad investigadora”. Los gastos en I+D representan un porcentajes del 1,12% del PIB muy alejado del promedio de la OCDE, que es del 2,25%. Además, en España solamente hay 2,5 investigadores en la industria por cada 1.000 trabajadores en el sector industrial mientras que la media de los países de la OCDE es de 6,8. La consecuencia de esta baja dotación de empleo tecnológico y de gasto en I+D es que en España se patenta poco. Así, en la Oficina Europea de Patentes (EPO), EE UU ocupa la primera posición con el 26% de las patentes solicitadas, seguido por Japón (18%), Alemania (17,8%), Francia el 6,5%, Corea del Sur (4%), Italia ocupa el sexto puesto (3,7%), en cambio España se sitúa en la posición 16 con el 0,9% de las patentes solicitadas en la EPO. España sufre, por tanto, un retraso tecnológico en comparación con los demás países de su entorno.

Por tanto, parece que el país necesita hacer un esfuerzo mayor en investigación, lo que se traduciría en un mayor nivel tecnológico. El fenómeno de la globalización impone el necesario incremento de la competitividad y el constante reto de la innovación tecnológica. Por eso hay que dar la bienvenida a la apuesta del nuevo Gobierno por reforzar la investigación con la creación de un ministerio de Ciencia e Innovación. Una de las políticas que debe seguir este ministerio es incrementar la vinculación de las empresas con la investigación que realiza el sector público. No se debe olvidar que una parte muy importante de la investigación que se realiza en España la realiza el Sector Público, con el dinero de todos los españoles.

De ahí que una de las misiones del sistema investigador público debe ser la de proporcionar al aparato productivo de la tecnología que necesita, favoreciendo, especialmente, el suministro de innovación a la pequeña y mediana empresa española. En este sentido, el nuevo ministerio de Ciencia e Innovación debe procurar que los organismos públicos de investigación se fijen como objetivo contribuir al desarrollo económico del país y ser centros de excelencia investigadora conectados a las necesidades del sector privado, capaces, por tanto, de preguntarse y de dar respuesta a las necesidades del mercado. No hay que olvidar que el objetivo de la política científica y tecnológica es el crecimiento económico y, por tanto, del empleo de alta productividad que es el que es duradero a largo plazo.

Una versión más amplia de este post la puedes encontrar en el spuplemento MERCADOS que publica hoy domingo (4 de mayo) el diario EL MUNDO.

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