La fuerte depreciación del dólar del año 2007 parece que sigue en el 2008. El dólar lleva cayendo en lo que va de año casi un 4% con respecto al euro. Un euro se cambia hoy por 1,51 dólares. Razones para esta depreciación no faltan; voy a esgrimir tres: 1) La debilidad del dólar refleja que los inversores creen que la economía estadounidense no crece o que quizá ya está en recesión, mientras que las economías de la eurozona y del resto del mundo crecen algo, lo que no es poco, en los tiempos que corren. 2) EEUU disfruta de tipos de interés más bajos. Esto significa que los intereses de los bonos denominados en dólares se vuelven menos atractivos que los de bonos denominados en otras monedas. Por si fuera poco Bernanke dijo ayer que no descarta la posibilidad de aplicar un nuevo recorte de tipos de interés. Está medida influiría para que se hundiese un poco más el dólar. 3) Los fuertes déficit exteriores acumulados de EEUU durante muchos años implica que el país lleva tiempo endeudándose mucho con el resto del mundo y en momentos de sequía financiera, como los que atravesamos ahora, parece que los ahorradores extranjeros se han cansado de acumular cantidades cada vez más grandes de activos en dólares y han decidido venderlos y como consecuencia el dólar se deprecia.
¿Seguirá depreciándose el dólar? Los mercados cambiarios son imposibles de predecir pero algunos economistas argumentan que el dólar puede estar cerca de tocar fondo. Uno de los argumentos es que un dólar depreciado, como el actual, fomenta las exportaciones americanas. Efectivamente, es bien sabido que una persona puede comprar muchas más cosas en EEUU con 150 dólares que en la Eurozona con 100 euros. Cuando un europeo va a EEUU piense que todo está de rebajas y cuando un estadounidense viene a Europa piensa que todo es tremendamente caro. ¿Cual sería el tipo de cambio correcto? El Índice Big Mac nos dice que el tipo de cambio que igualaría el precio de las hamburguesas a ambos lados del Atlántico sería 1,12 $/€. Nada alejado de los valores obtenidos en modelos econométricos mucho más sofisticados o el que ofrece la OCDE que lo sitúa en 1,2 dólares/€.
Por tanto, parece que el dólar esta depreciado y el euro apreciado. Esta fortaleza del euro perjudica la capacidad exportadora de la Eurozona y eso puede ser un impedimento y una amenaza al crecimiento europeo. Si la Eurozona pierde fuerza EEUU podría recobrar atractivo para los inversores extranjeros y demandar dólares. Esto también podría detener la caída del dólar.
La otra vía para que el dólar no siga cayendo es que, si aumentan las exportaciones, se corrija la balanza de pagos americana. Desde hace algunos años la economía mundial descansaba en el crecimiento del consumo estadounidense pero esto se ha terminando. Ahora el motor de EEUU, de estar en algún sitio, está en las exportaciones americanas pero para que este motor funcione hace falta que el resto del mundo responda comprando bienes y servicios de EEUU, que como hemos visto están muy baratos. Si el resto del mundo no responde, como parece, es todavía más previsible una recesión en EEUU y una desaceleración todavía más significativa de la esperada en la economía mundial.
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