En 2006, el crecimiento económico de México alcanzó un robusto 4.8%, sustentado por el auge en las exportaciones y la fortaleza de la inversión. Sin embargo, este año 2007 y el próximo, 2008, la economía solo crecerá en torno a un 3%. Este crecimiento del PIB resulta demasiado bajo para lograr reducir la brecha en el nivel de vida con respecto a los países desarrollados y abordar el problema persistente de la extensa pobreza. Para aumentar el crecimiento y disminuir la pobreza el presidente Felipe Calderón, a pesar de gobernar en minoría, ha logrado sacar adelante dos importantes reformas: pensiones y, sobre todo, fiscal que, aún siendo poco ambiciosa, supone el mayor paso para fortalecer las cuentas públicas mexicanas en una década. La nueva estructura fiscal aumentará los ingresos públicos en 2 puntos del PIB, lo que permitirá aumentar más los recursos destinados a apoyar necesidades esenciales de gasto. Además la reforma tributaria mejorará la eficiencia en la recaudación y reducirá la dependencia de los ingresos petroleros.
Sin embargo, si se quiere movilizar a la economía hacia un camino de crecimiento todavía mayor y sostenible, se requiere un nuevo esfuerzo en el terreno de las reformas. Reformas que aumenten la competitividad de la economía como pueden ser mejores regulaciones para liberalizar la economía e impulsar la productividad y el crecimiento económico. No se debe olvidar que los monopolios públicos y privados controlan los principales sectores productivos del país: petróleo (PEMEX), telecomunicaciones (Telmex), servicios postales, gas natural, electricidad (CFE), Banamex y Bancomer –acaparan conjuntamente más del 40% de depósitos y créditos– y en el sector minorista, la cuota de Wal–Mart supera el 50%. También hay mucho que mejorar en el sector del transporte: fletes navieros, carreteras, aeropuertos y ferrocarriles. También se precisa poner en marcha medidas dirigidas a incrementar la eficiencia del gasto público.
México ha llevado a cabo reformas en el comercio exterioor sustanciales, entre las que se incluyen acuerdos comerciales con muchos países. Asimismo, los aranceles con respecto a otros países se han reducido, aunque siguen siendo superiores a los niveles de los países desarrollados. Las reducciones adicionales en los aranceles traerían consigo ganancias de consideración, ya que crearían nuevas oportunidades para que las empresas tuvieran acceso a inputs y tecnologías extranjeras absolutamente necesarias para crecer y competir.
Todas estas reformas favorecerían la necesaria inversión nacional y extranjera. En este sentido, existe también margen para relajar las restricciones a la inversión extranjera directa. ¿Cuáles son los principales retos de México? ¿Por qué se necesita una reforma del gasto público? ¿Cómo debería PEMEX ser modernizado? ¿Qué se puede hacer para obtener más de la globalización? ¿Cómo corregir el déficit en infraestructura? ¿Cómo combatir la pobreza?
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