WP_Post Object ( [ID] => 4287 [post_author] => 115 [post_date] => 2007-10-10 18:54:03 [post_date_gmt] => 2007-10-10 17:54:03 [post_content] => Este año la OCDE ha publicado un estudio titulado The Visible Hand of China in Latin America (La “mano visible” de China en América Latina) coordinado por Javier Santiso Director Adjunto y Economista Jefe del Centro de Desarrollo de la OCDE en colaboración con otros expertos en la materia. Según el estudio, la presencia del gigante asiático en esta región se debe principalmente a intereses comerciales, de los que se derivan otros intereses como pueden ser los financieros y políticos. Desde la entrada de China a la OMC en 2001, su proceso de industrialización se ha acelerado visiblemente, impulsado por un mayor gasto en I+D y también por la intensificación de los flujos comerciales y de inversión. China se ha expandido de tal forma que se ha convertido en una amenaza y en una oportunidad al mismo tiempo para los mercados emergentes. Su creciente demanda de materias primas supone a la vez una bonanza y un desafío para América Latina. El boom de China puede resultar beneficioso en la medida que estimula las exportaciones de los países cuyos ingresos fiscales y de divisas están vinculados a las materias primas. Esta necesidad de China de recursos naturales está contribuyendo a la apreciación del tipo de cambio, tanto real como nominal, de la mayoría de los países latinoamericanos perjudicando la competitividad de los sectores manufactureros que resultan ser los más afectados por la irrupción del gigante asiático en sus mercados (especialmente el sector textil). Una especie de “enfermedad holandesa”. A pesar de ello el impacto del comercio chino en América Latina es directamente positivo en cuanto al boom exportador que ello supone. Es por ello que China se presenta como un “trade angel” o ángel de la guarda de las exportaciones latinoamericanas a la vez que un “outlet” o enorme punto de venta para los recursos naturales de la región. Pero China no es sólo un aliado estratégico a nivel comercial. A lo largo de la próxima década China representará una inyección importante en términos de entrada de capitales en América Latina. No parece que China y América Latina vayan a competir por la inversión directa en el extranjero (IDE) en el resto del mundo. Incluso se darán casos de IDE cruzada ya que compañías chinas han mostrado su interés por el mercado latinoamericano y por ejemplo, empresas brasileñas como Embraer o Marcopolo están analizando posibles oportunidades en China. Si quieres más información y más datos el libro The Visible Hand of China in Latin America (“La mano visible de China en América Latina”) ofrece un profundo análisis de los impactos del explosivo desarrollo del gigante asiático sobre América Latina. [post_title] => El impacto de China en América Latina [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => closed [post_password] => [post_name] => el_impacto_de_c [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2012-03-03 18:30:12 [post_modified_gmt] => 2012-03-03 17:30:12 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/archives/2007/10/el_impacto_de_c.php [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 4 [filter] => raw )
Este año la OCDE ha publicado un estudio titulado The Visible Hand of China in Latin America (La “mano visible” de China en América Latina) coordinado por Javier Santiso Director Adjunto y Economista Jefe del Centro de Desarrollo de la OCDE en colaboración con otros expertos en la materia. Según el estudio, la presencia del gigante asiático en esta región se debe principalmente a intereses comerciales, de los que se derivan otros intereses como pueden ser los financieros y políticos. Desde la entrada de China a la OMC en 2001, su proceso de industrialización se ha acelerado visiblemente, impulsado por un mayor gasto en I+D y también por la intensificación de los flujos comerciales y de inversión.
China se ha expandido de tal forma que se ha convertido en una amenaza y en una oportunidad al mismo tiempo para los mercados emergentes. Su creciente demanda de materias primas supone a la vez una bonanza y un desafío para América Latina. El boom de China puede resultar beneficioso en la medida que estimula las exportaciones de los países cuyos ingresos fiscales y de divisas están vinculados a las materias primas. Esta necesidad de China de recursos naturales está contribuyendo a la apreciación del tipo de cambio, tanto real como nominal, de la mayoría de los países latinoamericanos perjudicando la competitividad de los sectores manufactureros que resultan ser los más afectados por la irrupción del gigante asiático en sus mercados (especialmente el sector textil). Una especie de “enfermedad holandesa”.
A pesar de ello el impacto del comercio chino en América Latina es directamente positivo en cuanto al boom exportador que ello supone. Es por ello que China se presenta como un “trade angel” o ángel de la guarda de las exportaciones latinoamericanas a la vez que un “outlet” o enorme punto de venta para los recursos naturales de la región. Pero China no es sólo un aliado estratégico a nivel comercial. A lo largo de la próxima década China representará una inyección importante en términos de entrada de capitales en América Latina. No parece que China y América Latina vayan a competir por la inversión directa en el extranjero (IDE) en el resto del mundo. Incluso se darán casos de IDE cruzada ya que compañías chinas han mostrado su interés por el mercado latinoamericano y por ejemplo, empresas brasileñas como Embraer o Marcopolo están analizando posibles oportunidades en China.
Si quieres más información y más datos el libro The Visible Hand of China in Latin America (“La mano visible de China en América Latina”) ofrece un profundo análisis de los impactos del explosivo desarrollo del gigante asiático sobre América Latina.
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