A pesar de que los precios del petróleo se encuentran rondando sus máximos históricos, su demanda sigue aumentando. Según el Statistical Review of World Energy 2007 publicado por BP, el consumo mundial de petróleo aumentó en 2006 en casi 650.000 barriles diarios (bb/dd), hasta alcanzar los 83,7 millones de (bb/dd) de media. Esto supuso un incremento del 0,7% respecto a 2005, el más alto observado desde 2001.
Si desagregamos los datos por áreas geográficas, vemos que, en general, el consumo creció en Asia-Pacífico (1,3%), Latinoamérica (3%), África (2%), Oriente Medio (3,5%) y los países de la antigua Unión Soviética (4,5%), y descendió en la mayoría de los países más industrializados de Occidente.
China, que ya se ha convertido en el segundo mayor consumidor mundial, incrementó su demanda un 6,7% más, lo que traducido a barriles supuso casi 500.000 (bb/dd) más. Por el contrario Estados Unidos, Japón y las principales economías europeas, salvo Alemania, redujeron su consumo en porcentajes que rondan el 1%. Por su parte, España consumió en 2006, 1.602.000 (bb/dd), lo que supone un 0,9% menos que en 2005 o 17.000 (bb/dd).
Está claro que el alto ritmo de crecimiento de la economía mundial, especialmente en los países emergentes, explica el fuerte incremento de la demanda mundial de crudo, a pesar de los altos precios que tuvo en 2006 (el barril de Brent, que es el petróleo de referencia en Europa, cotizó a una media de 65,14 $, un 20% más que en 2005). Por otra parte, parece que esos mismos altos precios, son los que han motivado esa pequeña reducción del consumo en la mayoría de los países más desarrollados (en España no se reducía el consumo desde 1993, el año de la última crisis económica). Lo que me gustaría saber es si las apuestas por una mayor eficiencia energética, también empiezan a surtir efecto. Y también me surge otra pregunta: ¿para cuanto tiempo queda petróleo? A esta última cuestión intentaré responder la semana que viene.
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