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Jul

El Parlamento español aprobó recientemente una normativa que obliga a que, en 2010, los biocarburantes supongan el 5,83% del consumo de gasolinas y gasóleos en España, con lo que se cumpliría el objetivo fijado en el Plan de Energías Renovables (PER). Esta medida supone un gran avance para un sector que, pese a las grandes inversiones realizadas y a las buenas perspectivas, no pasa por sus mejores momentos.


En España hay 19 plantas productoras de biocarburantes. De ellas 15 de biodiesel (que se obtiene de plantas oleaginosas como el girasol o la colza y que se puede mezclar o sustituir al gasóelo), y 4 de bioetanol (un alcohol procedente de las caña de azúcar, la remolacha o los cereales que mezclarse o sustituir a la gasolina), pero las previsiones indican a que a finales de año podrían estar funcionando 30 plantas y 50 en 2008. Eso incrementaría notablemente la capacidad productiva, especialmente de biodiesel, puesto que la mayoría de las nuevas plantas serán de este combustible.

Pero el problema es que en España, actualmente, la demanda de biocarburantes es escasa, por lo que una parte sustancial de la producción debe exportarse. ¿Y por qué es escasa la demanda? Pues es difícil aclararse. Por un lado, parece ser que no todos los vehículos están adaptados para usar estos combustibles, aunque la mayoría de ellos podrían usarlos mezclados. Por otra parte, no existen redes de distribución de los mismos: mientras que en España sólo hay cuatro estaciones de servicio que los distribuyan, en Suecia hay más de 900 y se prevé llegar a las 2.000 en breve. Las gasolineras arguyen que adaptarse para venderlos implica inversiones que oscilan entre 30.000 y 50.000 euros y que, como no hay demanda, porque no hay vehículos preparados, no merece la pena. Y los fabricantes de automóviles, dicen que como no hay gasolineras que vendan biocombustibles, pues la gente no demanda automóviles preparados para consumirlos. En fin, que parece que es la pescadilla que se muerde la cola.

Lo que está claro es que un desarrollo de los biocarburantes, sería muy beneficioso para la economía. No sólo para la industria, sino también para el sector agrícola, ya que permitiría poner en explotación numerosas tierras baldías y aumentaría las rentas que percibe el campo, en un momento en que la PAC aboga por la eliminación de cultivos excedentarios como la vid. Y no tendría porque tener efectos inflacionarios sobre los productos alimenticios, puesto que se pueden obtener de cultivos no destinados al consumo humano. Además, no olvidemos que una parte muy significativa del gigantesco déficit comercial español es atribuible a la importación de productos energéticos, por lo que un mayor consumo de biocarburantes, incidiría en unas menores importaciones y en una reducción de la dependencia energética exterior. Y eso por no hablar de los efectos medioambientales.

El objetivo obligatorio del 5,83% para 2010 (4,25% en 2009 y 1,9% recomendado en 2008), no es muy ambicioso, pero al menos es algo. Sobre todo si lo comparamos con el escaso 0.53% de 2006. Aún así no acabo de entender que es lo que frena al sector. Si las ventajas por todos los lados son tan evidentes, ¿cuál es el problema?, ¿por qué no aumenta el consumo de biocarburantes en España?

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