WP_Post Object ( [ID] => 4442 [post_author] => 115 [post_date] => 2007-02-17 08:37:13 [post_date_gmt] => 2007-02-17 07:37:13 [post_content] => En mi anterior post de February 14, 2007 titulado "Los maltusianos (1)" señalaba que la nueva bandera de los maltusianos es que la excesiva población genera una fuerte escasez de recursos. Y que el calentamiento global se debe al aumento de la población que usa de forma excesiva los combustibles fósiles. En el siglo XXI los que temen la superpoblación (maltusianos) comparten una tesis bastante sencilla: la gente utiliza los recursos y dado que estos son escasos, la única manera de mejorar el nivel de vida es limitar el número de personas con los que debemos de compartir estos recursos. La contestación natalista a este argumento es igual de simple: la gente crea recursos. Por tanto, antes de decidir si el crecimiento de la población es como una plaga o como una bendición deberíamos preguntarnos si el hecho de que haya una persona más supone un problema. Para ello debemos fijarnos si consume más de lo que produce o viceversa. Parte del problema surge por que, en ocasiones, los recursos no tienen un precio estipulado o su precio es demasiado bajo. Por ejemplo, es sabido que la gente que consume gasolina en sus coches no paga en proporción al daño climatológico que hace al utilizar más gasolina. La solución, para los natalistas, no es que haya menos gente. La solución más directa sería poner un impuesto mayor a los carburantes fósiles. Los natalistaa añaden a esta discusión que afortunadamente el recurso sin precio (o con precio muy bajo) más importante sea la capacidad de la sociedad para generar nuevas ideas. Para los natalistas, cada vez que nace un bebé, hay una probabilidad de que se convierta en el próximo Newton, Darwin o Einstein. Y cuando eso ocurre todos nos beneficiamos. El gobierno puede proteger el medio ambiente de una manera muy sencilla con impuestos eficaces sobre los hidrocarburos, pero fomentar la producción de grandes ideas es mucho más difícil. Para los natalistas la mejor manera de tener más genios es teniendo más gente. [post_title] => Los maltusianos (2) [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => closed [post_password] => [post_name] => los_maltusianos_1 [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2007-02-17 08:37:13 [post_modified_gmt] => 2007-02-17 07:37:13 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/archives/2007/02/los_maltusianos_1.php [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 4 [filter] => raw )
En mi anterior post de February 14, 2007 titulado «Los maltusianos (1)» señalaba que la nueva bandera de los maltusianos es que la excesiva población genera una fuerte escasez de recursos. Y que el calentamiento global se debe al aumento de la población que usa de forma excesiva los combustibles fósiles. En el siglo XXI los que temen la superpoblación (maltusianos) comparten una tesis bastante sencilla: la gente utiliza los recursos y dado que estos son escasos, la única manera de mejorar el nivel de vida es limitar el número de personas con los que debemos de compartir estos recursos. La contestación natalista a este argumento es igual de simple: la gente crea recursos. Por tanto, antes de decidir si el crecimiento de la población es como una plaga o como una bendición deberíamos preguntarnos si el hecho de que haya una persona más supone un problema. Para ello debemos fijarnos si consume más de lo que produce o viceversa.
Parte del problema surge por que, en ocasiones, los recursos no tienen un precio estipulado o su precio es demasiado bajo. Por ejemplo, es sabido que la gente que consume gasolina en sus coches no paga en proporción al daño climatológico que hace al utilizar más gasolina. La solución, para los natalistas, no es que haya menos gente. La solución más directa sería poner un impuesto mayor a los carburantes fósiles. Los natalistaa añaden a esta discusión que afortunadamente el recurso sin precio (o con precio muy bajo) más importante sea la capacidad de la sociedad para generar nuevas ideas. Para los natalistas, cada vez que nace un bebé, hay una probabilidad de que se convierta en el próximo Newton, Darwin o Einstein. Y cuando eso ocurre todos nos beneficiamos. El gobierno puede proteger el medio ambiente de una manera muy sencilla con impuestos eficaces sobre los hidrocarburos, pero fomentar la producción de grandes ideas es mucho más difícil. Para los natalistas la mejor manera de tener más genios es teniendo más gente.
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