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La mayor alegría es la recuperación de las economías europeas. Alemania,  Francia y en menor medida Italia, parece que abandonan el periodo de atonía en el que estaban sumidas. Esto es una buena noticia para España, puesto que si nuestro crecimiento se desacelera, el sector exterior podría tomar el testigo de la demanda interna, evitando que se produzca un aterrizaje brusco.

En el resto del planeta las perspectivas también mejoran. China, India y las economías del sudeste asiático continuarán asombrándonos; Latinoamérica mantendrá un crecimiento superior al 4%, y  de Japón continúan llegando buenas noticias.



Sólo la economía norteamericana parece que se desacelera pero aún así, su crecimiento rondará el 3% en 2007, siempre que la inflación se mantenga más o menos controlada, y que la Reserva Federal dé por concluida la fase de endurecimiento monetario.

La paradoja es que esta recuperación/aceleración mundial, se produce cuando las condiciones no parecen las más adecuadas: el petróleo por encima de los 60 dólares, y los tipos de interés en la zona euro y  en EE.UU. subiendo.

Lo cierto es que el encarecimiento del precio del petróleo, no ha tenido efectos devastadores  como en el pasado.  En cuanto la inflación se ha hecho notar, los Bancos Centrales han respondido rápidamente para evitar los efectos de segunda ronda. Y parece que lo están consiguiendo, sin que además se ralentice la actividad económica. Además,  los beneficios empresariales crecen a buen ritmo, y  las fusiones y adquisiciones siguen produciéndose gracias al exceso de liquidez que hay en la economía mundial. Incluso la mayor parte de las  bolsas mundiales se mantienen este año con ganancias y alguna como la española, están rondando máximos.

Los desequilibrios que acechan a la economía mundial recuerdan a esas enfermedades que se convierten en crónicas. Siguen ahí, en cualquier momento te pueden dar un susto, pero te acostumbras a hacer una vida más o menos normal con ellas. Me refiero a las burbujas inmobiliarias, al riesgo que implican las economías emergentes, o  al déficit exterior de Estados Unidos. Todo el mundo sabe que en cualquier momento pueden crear problemas, pero mientras tanto, la fiesta continúa.

Juan Carlos Martínez Lázaro


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La paradójica recuperación mundial

Escrito el 20 septiembre 2006 por JUAN CARLOS MARTINEZ en Economía Mundial

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La mayor alegría es la recuperación de las economías europeas. Alemania,  Francia y en menor medida Italia, parece que abandonan el periodo de atonía en el que estaban sumidas. Esto es una buena noticia para España, puesto que si nuestro crecimiento se desacelera, el sector exterior podría tomar el testigo de la demanda interna, evitando que se produzca un aterrizaje brusco.

En el resto del planeta las perspectivas también mejoran. China, India y las economías del sudeste asiático continuarán asombrándonos; Latinoamérica mantendrá un crecimiento superior al 4%, y  de Japón continúan llegando buenas noticias.



Sólo la economía norteamericana parece que se desacelera pero aún así, su crecimiento rondará el 3% en 2007, siempre que la inflación se mantenga más o menos controlada, y que la Reserva Federal dé por concluida la fase de endurecimiento monetario.

La paradoja es que esta recuperación/aceleración mundial, se produce cuando las condiciones no parecen las más adecuadas: el petróleo por encima de los 60 dólares, y los tipos de interés en la zona euro y  en EE.UU. subiendo.

Lo cierto es que el encarecimiento del precio del petróleo, no ha tenido efectos devastadores  como en el pasado.  En cuanto la inflación se ha hecho notar, los Bancos Centrales han respondido rápidamente para evitar los efectos de segunda ronda. Y parece que lo están consiguiendo, sin que además se ralentice la actividad económica. Además,  los beneficios empresariales crecen a buen ritmo, y  las fusiones y adquisiciones siguen produciéndose gracias al exceso de liquidez que hay en la economía mundial. Incluso la mayor parte de las  bolsas mundiales se mantienen este año con ganancias y alguna como la española, están rondando máximos.

Los desequilibrios que acechan a la economía mundial recuerdan a esas enfermedades que se convierten en crónicas. Siguen ahí, en cualquier momento te pueden dar un susto, pero te acostumbras a hacer una vida más o menos normal con ellas. Me refiero a las burbujas inmobiliarias, al riesgo que implican las economías emergentes, o  al déficit exterior de Estados Unidos. Todo el mundo sabe que en cualquier momento pueden crear problemas, pero mientras tanto, la fiesta continúa.

Juan Carlos Martínez Lázaro


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La mayor alegría es la recuperación de las economías europeas. Alemania, Francia y en menor medida Italia, parece que abandonan el periodo de atonía en el que estaban sumidas. Esto es una buena noticia para España, puesto que si nuestro crecimiento se desacelera, el sector exterior podría tomar el testigo de la demanda interna, evitando que se produzca un aterrizaje brusco.

En el resto del planeta las perspectivas también mejoran. China, India y las economías del sudeste asiático continuarán asombrándonos; Latinoamérica mantendrá un crecimiento superior al 4%, y de Japón continúan llegando buenas noticias.


Sólo la economía norteamericana parece que se desacelera pero aún así, su crecimiento rondará el 3% en 2007, siempre que la inflación se mantenga más o menos controlada, y que la Reserva Federal dé por concluida la fase de endurecimiento monetario.

La paradoja es que esta recuperación/aceleración mundial, se produce cuando las condiciones no parecen las más adecuadas: el petróleo por encima de los 60 dólares, y los tipos de interés en la zona euro y en EE.UU. subiendo.

Lo cierto es que el encarecimiento del precio del petróleo, no ha tenido efectos devastadores como en el pasado. En cuanto la inflación se ha hecho notar, los Bancos Centrales han respondido rápidamente para evitar los efectos de segunda ronda. Y parece que lo están consiguiendo, sin que además se ralentice la actividad económica. Además, los beneficios empresariales crecen a buen ritmo, y las fusiones y adquisiciones siguen produciéndose gracias al exceso de liquidez que hay en la economía mundial. Incluso la mayor parte de las bolsas mundiales se mantienen este año con ganancias y alguna como la española, están rondando máximos.

Los desequilibrios que acechan a la economía mundial recuerdan a esas enfermedades que se convierten en crónicas. Siguen ahí, en cualquier momento te pueden dar un susto, pero te acostumbras a hacer una vida más o menos normal con ellas. Me refiero a las burbujas inmobiliarias, al riesgo que implican las economías emergentes, o al déficit exterior de Estados Unidos. Todo el mundo sabe que en cualquier momento pueden crear problemas, pero mientras tanto, la fiesta continúa.

Juan Carlos Martínez Lázaro

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