El Banco Central Europeo (BCE) puede favorecer la salidad de la crisis de la deuda europea. De ahí que ensu reunión mensual, este jueves 2 de diciembre, podría anunciar este, políticas monetarias más expansivas. Se trataría de aumentar todavía más el balance del BCE, o lo que es lo mismo la Base Monetaria de la Eurozona, ya sea comprando más deuda pública en el mercado secundario o dando más crédito a los bancos a través de rebajar los tipos de interés que les concede, por ejemplo, desde el 1% actual hasta el 0,75%. Una decisión heterodoxa que puede inundar de euros la economía siguiendo la senda de la Reserva Federal (FED). Se conseguiría con ello alejar el fantasma del impago de la deuda y combatir el desempleo. Según datos publicados hoy por Eurostat el desempleo de la Eurozona aumentó en octubre una décima, hasta el 10,1%, mientras que en España se mantuvo «superalto» en el 20,7% (¡que ya está bien¡).
Más crecimiento económico y empleo
Para la Unión Monetaria los efectos de esta política serían muy positivos. El desempleo, como ya hemos dicho, está creciendo y desgraciadamente está muy por encima de los objetivos de los gobiernos, mientras que la inflación si sigue la desconfianza en la deuda pública de los países periféricos podría bajar. La inflación en la Eurozona se ha mantenido estable en el 1,9% en noviembre, pero un menor crecimiento económico como consecuencia de la crisis de la deuda podría hacer que disminuyese.
En el mercado de bonos, cuando alguien con mucho dinero como es el BCE, que tiene una máquina que puede fabricar cualquier cantidad de euros, comienza a comprar bonos, el precio del bono sube y si los precios de los bonos suben los tipos de interés bajan. Lo que limitaría los problemas de la deuda de los países periféricos de la UEM. Además, como los demás mercados de renta fija se mueven al ritmo que marca la deuda pública, las grandes empresas que pueden vender bonos para financiarse tendrían menores costes financieros en sus préstamos. También significaría tipos de interés más bajas para los créditos hipotecarios. Además un euro más depreciado hará que las exportaciones eurozónicas sean más atractivas en momentos en que el consumo de la Zona Euro está estancado.
Políticas más restrictivas
Sin embargo, no todo el mundo está de acuerdo con esta política. Los alemanes se inclinan hacia una política monetaria que en vez de aumentar reduzca la liquidez. Están nerviosos porque consideran que ya hay demasiado dinero en la economía lo que puede estar alimentando problemas inflacionarios para el futuro. Es más, un pronóstico de más inflación y más crecimiento económico para la Eurozona podría hacer que la estrategia de política monetaria expansiva (arriba explicada) no se llevara a cabo. O lo que es peor pondría aún más presión sobre Trichet para que ponga fin a su política monetaria expansiva, lo que se ha venido denominando «la estartegia de salida» y que consiste en empezar a vender los bonos que tiene y retirar liquidez del mercado.
Conclusión
Por tanto, cuándo el gobernador del BCE Jean Claude Trichet (en la foto) y sus colegas se reúnan este jueves, tendrán que decidir si: 1) abandonan su anterior política y la hacen más expansiva poniéndose en línea con la Reserva Federal; 2) mantienen la política que están siguiendo hasta ahora de acuerdo con el gobernador del Banco de Francia, quien indicó este fin de semana que el BCE mantendrá sus medidas no convencionales mientras sean necesarias ó 3) siguen los consejos del Bundesbank y de Ángela Merkel reduciendo la cantidad de dinero retirando eso si poco a poco las medidas cuantitativas.
¡Hagan juego señores!
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