El Instituto Nacional de Estadística ha confirmado esta mañana que la economía española experimentó un crecimiento del 0,2% de abril a junio (-0,1% en los últimos doce meses, ver gráfico). Es el segundo trimestre de crecimiento positivo de la economía española, aunque la recuperación es todavía demasiado débil para que se vuelva a crear empleo, que es la señal definitiva para confirmar que una economía se está recuperando. El ejemplo es EEUU, dónde desde hace un año la economía crece pero sin que se produzca una clara reactivación de la creación de empleo privado, lo que sigue haciendo dudar sobre la solidez de la reactivación.
De abril a junio se aceleró la tendencia de reequilibrio entre demanda nacional y demanda externa. Mientras la primera redujo su aportación negativa al PIB de 2,8 a 0,5 puntos porcentuales, la aportación positiva del sector exterior se atenuó desde 1,5 a 0,4 puntos porcentuales. Por tanto, no hay cambios en la tendencia de comportamiento del PIB respecto a trimestres anteriores. La economía española está inmersa en una suave recuperación, lastrada por los desequilibrios acumulados en la anterior etapa expansiva.
Los efectos sobre las decisiones de los agentes de la subida del IVA en julio o de la desaparición de ayudas sectoriales hace complicado el análisis del comportamiento de algunos componentes del PIB. Al menos, hasta que se conozcan los previsibles efectos compensación en la segunda parte del año. En este sentido, se debe destacar la fuerte recuperación del gasto privado de las familias (+1,3% trimestral y 2% interanual), basado en el fuerte repunte de las compras de bienes duraderos (+13%).
En la parte positiva también se debe señalar el buen comportamiento de la inversión en bienes de equipo con un crecimiento trimestral del 4,6% (+8,7% interanual). Así como en el lado de la oferta, el primer crecimiento trimestral del sector servicios (+0,3%), desde el 2T de 2008. Menos positiva es la desaceleración de las exportaciones tras tres muy buenos trimestres, con especial mención a la caída de exportaciones de servicios en tasa trimestral (-0,5%).
Por tanto, no se detectan cambios importantes en las tendencias de fondo de la economía española. Se está produciendo un reequilibrio entre demanda interna y externa, pero el crecimiento continuará siendo muy débil hasta la última parte del año que viene. A corto plazo, la compensación al efecto anticipación antes señalado y el ajuste fiscal hacen muy probable una recaída de la actividad en la segunda parte del año. Sobre todo, si se confirma el enfriamiento de la economía mundial, lo que haría muy difícil compensar vía demanda externa, el previsible ajuste del consumo y de la inversión en bienes de equipo.
Comentarios