Hace un par de semanas, estuvimos presentando en el Banco Mundial una investigación realizada en el Centro de Diversidad del IE. El objetivo de la mesa era analizar las diferentes estrategias de diferentes países con respecto a la incorporación de las mujeres en las altas esferas de decisión de las empresas. No hay que ser un gran experto para saber que la presencia de hombres en los consejos de dirección de las empresas de todo el mundo es mucho mayor que la de mujeres. En cualquier caso, y a pesar de esta diferencia en número tampoco deberíamos caer en la tentación de pensar que una mayor presencia de mujeres con capacidad de decisión estratégica dentro de las empresas va a cambiar de manera directamente proporcional los resultados financieros de la misma, especialmente en el corto plazo. En los beneficios de las empresas influyen muchos otros factores y no es obvio que una “visión femenina” vaya a cambiarlos totalmente, aunque sí que puede ayudar a incorporar nuevas formas de gestión, o decisiones que en otra situación no se habrían tomado.
El caso español es muy interesante porque en los últimos años se han aportado medidas que están ayudando a la mejora de la posición femenina en el mercado laboral. Como resultado de la mayor parte de estas iniciativas, en el cuarto trimestre de 2009, según cifras del INE, las mujeres constituían el 44% de la población activa española, de las cuales el 77% trabajan a tiempo completo y el resto a tiempo parcial, y en el tercer trimestre de 2009, sólo un 32,2% del total de personas en puestos directivos o de gerencia de empresa son mujeres (INE, 2009). Sin embargo, a nivel de consejos de dirección, las mujeres representan sólo el 9,8% de los miembros de consejos de sociedades cotizadas españolas, aunque esta cifra ha ido creciendo progresivamente desde 2007.
Las dos iniciativas legislativas más relevantes para compensar esta situación y fomentar la posición de la mujer en las posiciones más altas de las empresas son el Codigo Conthe de gobierno corporativo y la Ley de igualdad de marzo de 2007. El Código Conthe (Codigo Unificado de Buen Gobierno de las Sociedades Cotizadas) establece las reglas de gobierno corporativo dentro del Mercado de Valores. Cada una de estas empresas debe realizar Informes de Gobierno Corporativo, en lo que “que cuando sea escaso o nulo el número de consejeras, el Consejo explique los motivos y las iniciativas adoptadas para corregir tal situación; y que, en particular, la Comisión de nombramiento vele para que al proveerse nuevas vacantes: a) los procedimientos de selección no adolezcan de sesgos implícitos que obstaculicen la selección de consejeras; b) la compañía busque deliberadamente, e incluya entre los potenciales candidatos, mujeres que reúnan el perfil profesional buscado”. Mientras que la Ley de Igualdad de 2007 establece un plazo de ocho años para que las empresas más relevantes incluyan a más mujeres (entre el 40% y el 60%) en sus altas jerarquías y aunque aún quedan cinco años para que se consiga aún estamos lejos del objetivo planteado.
El establecimiento de cuotas, ya sea en el numero de mujeres a contratar, ya sea como una manera de controlar el comercio (es una de las barreras no arancelarias más común), se trata simplemente de definir la cantidad dentro del trato. En el caso de los consejos de dirección y las mujeres, a pesar de los importantes problemas que surgen de la pérdida de bienestar asociada, básicamente por la preferencia establecida de un género sobre otro, el objetivo de la política no es otro que acelerar el proceso de incorporación de estas a esferas en las que por motivos varios su acceso es más complicado. En países como Noruega, el cumplimiento de estas cuotas es obligatorio por ley y ha supuesto un cambio drástico en las composiciones de los consejos. Sin embargo, la definición de la cuota en el caso noruego, el más avanzado en este campo, no establece cuotas de discriminación positiva de mujeres sobre hombres, si no que habla del género menos representado sobre el más representado, que en la actualidad, obviamente son mujeres y hombres respectivamente, pero quién sabe en el futuro…
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