El Instituto Nacional de Estadística, ha publicado hoy el Índice de producción industrial español . La industria continúa su desplome al caer en febrero un 1,9%. Ya son 22 meses de caída libre de la industria española que confirman la incapacidad de este sector para enfrentarse a la crisis más grave de nuestra reciente historia. El parón de la actividad industrial es alarmante y no tiene precedentes históricos. La destrucción industrial de los últimos 22 meses es el peor registro desde que el Instituto Nacional de Estadística comenzó a elaborar su estadística en 1975.
¿Tiene futuro el sector industrial español?
La supervivencia de nuestra industria dependerá de la capacidad que tenga para generar innovación propia y ser así competitiva. El análisis de los datos relativos a la balanza tecnológica y a otros indicadores de ciencia y tecnología, muestran que aunque España mejora su nivel tecnológico, está todavía muy por debajo de lo que correspondería a su nivel de desarrollo. Por ejemplo, España importa actualmente mucha más tecnología de la que exporta. Las industrias de tecnología alta y muy alta solo representan el 35% del total mientras que el otro 65% son empresas de media o baja tecnología. Además, desde 1970 se ha venido observando un progresivo descenso de la industria (y también de la agricultura) como porcentaje del PIB, y se ha producido en cambio una mayor participación del sector servicios. Según se desprende de la Contabilidad Nacional de España, en 2009 la industria (incluyendo energía) sólo representa el 15% del PIB, mientras que en 1970 representaba el doble: 34%.
Cuadro: Estructura sectorial del PIB español
Año | Agricultura y pesca | Industria | Construcción | Servicios |
1970 | 11,0 | 34,0 | 8,8 | 46,3 |
1980 | 7,0 | 28,6 | 7,9 | 56,5 |
1990 | 5,5 | 25,1 | 8,8 | 60,6 |
2000 | 4,4 | 20,9 | 8,3 | 66,4 |
2005 | 3,1 | 18,4 | 11,6 | 66,8 |
2008 | 2,8 | 17,3 | 11,6 | 68,3 |
2009 | 2,5 | 15,1 | 10,7 | 71,7 |
Fuente: INE
En el cuadro se observa cómo, en España, desde 1970, se registra una disminución paulatina de la contribución de la industria en el PIB, mientras que el sector servicios ha ido adquiriendo una importancia creciente con el transcurso del tiempo. Y lo que es más preocupante en 2009 la industria es el sector que más porcentaje pierde en el PIB pasando de representar el 17,3% en 2008 a sólo el 15,1% en 2009.
España es muy competitiva en el sector servicios, por eso en esta crisis el desarrollo del sector servicios ha sido mayor que el industrial. Buena parte de la inversión española en el exterior está en los sectores bancario, distribución, ingeniería, gestión y construcción de infraestructuras (aeropuertos, autopistas, etc.), gestión de aguas y basuras, hoteles, producción y distribución de energía, energías renovables, seguros, telefonía, etc.
La consecuencia inmediata del proceso desindustrialización es que la productividad de la economía española se aleja de la media europea y que la competitividad ha empeorado en los últimos años. Una prueba es el fuerte déficit comercial. En concreto, el saldo del comercio exterior de bienes de equipo es tradicionalmente muy deficitario. España sigue importando mucha más maquinaria de la que se exporta. Por tanto, los intercambios españoles de estos productos, que son los que tienen una mayor incorporación de tecnología, manifiestan también una fuerte dependencia española del exterior, es decir, falta de tecnología propia.
El crecimiento económico de España no debe seguir fundamentado en una estructura productiva centrada en sectores intensivos en mano de obra y tecnologías maduras. Por el contario, hemos de adaptar la producción nacional a la evolución de la demanda internacional lo que significa apostar por la innovación tecnológica que nos permita competir y aumentar las exportaciones.
El país necesita, por tanto, hacer un esfuerzo mayor en investigación, lo que se traduciría en un mayor nivel tecnológico. Como consecuencia, deberán reorientar su estructura productiva hacia sectores y empresas que exporten más y mejores bienes y servicios. Se trata de apostar por una estructura económica que aumente la cantidad y calidad de su oferta exportadora. Pero ese cambio llevará mucho tiempo, por lo que la economía de España tendrá que soportar, durante los próximos años, crecimientos económicos muy bajos.
¿Tiene futuro el sector industrial español?
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