América Latina hasta hace pocos años se caracterizaba por coincidir períodos de crecimiento del PIB con un deterioro progresivo de la cuenta corriente (ver gráfico). En cambio, en los últimos años han coincidido, crecimiento económico con una mejora paulatina de su saldo exterior y del saldo fiscal. La situación macroeconómica está permitiendo aumentar los ingresos fiscales, tanto por el incremento del nivel de actividad como por la mejora de la relación real de intercambio.
América Latina viene registrando desde el año 2003 (incluido) un superávit crecientes en su relaciones con el exterior y más concretamente un superávit conjunto en el saldo de la cuenta corriente (que recoge las transacciones de un país con el resto del mundo de mercancías, servicios, rentas y transferencias sin contrapartida). Este superávit se debe al abaratamiento de las importaciones procedentes de Asia, las cuantiosas transferencias unilaterales y al aumento de las exportaciones un 21% en el 2006 alcanzando su cifra record (656.000 millones). Este notable desempeño de las exportaciones latinoamericanas se debió en gran medida al robusto crecimiento económico en los Estados Unidos y la demanda de materias primas en países asiáticos como China e India. Sin embargo, los superávit por cuenta corriente se concentran en una minoría de países. En 2006, sólo 6 de 19 países de América Latina muestran un saldo superavitario en la cuenta corriente (de hecho, cuatro países Argentina, Brasil, Chile y Venezuela explican prácticamente la totalidad del superávit en la cuenta corriente de la región previsto para 2006).
Gráfico: Crecimiento y saldo en cuenta corriente en América Latina
Pero si, por ejemplo, en 2007, se volviera a precios de materias primas de la década de los años noventa, el superávit de la cuenta corriente de la región se transformaría en un déficit equivalente a 2,7% del PIB. Entre los factores que podrían generar esta situación se encuentran: las posibles caídas de precios de materias primas como la soja y el cobre; una disminución de la actividad económica en los Estados Unidos; una competencia más intensa por parte de productores asiáticos de textiles y confección y la apreciación experimentada por muchas de las monedas latinoamericanas. Si se produjera un abaratamiento de las materias primas algunos países importadores de petróleo (especialmente centroamericanos) pasarían a ser superavitarios. En cambio en América del Sur, países fuertemente especializados en la exportación de materias primas, como Chile y Venezuela, pasarían a ser significativamente deficitarios. Esta situación poco probable pero posible, como es volver a precios de las materias primas de los noventa convertiría en déficit el superávit en cuenta corriente que actualmente goza América Latina en su conjunto. Lo que es más paradójico, es que si se redujera el precio de las materias primas, la mayoría de los países mejoraría su saldo de la balanza por cuenta corriente ya que hay más países importadores que exportadores de materias primas. ¿Qué pasará en 2007? ¿Volverá América Latina al déficit exterior? ¿Te atreves a pronosticar?
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