Una parte muy importante de la ayuda al desarrollo que conceden los países ricos a los países pobres no cumple con su objetivo ya que antes de llegar a su destino es capturada por los dirigentes de los países pobres e ingresada en sus cuentas particulares en bancos de países ricos. Un artículo reciente de José María Larrú y Laura Alcaide (Corrupción, ayuda al desarrollo, pobreza y desarrollo humano) explica los efectos que tiene la corrupción en la política y la economía de los países pobres y cómo la ayuda al desarrollo puede ser una fuente de corrupción.
Efectos de la corrupción sobre las instituciones políticas de los países pobres
La corrupción tiene efectos muy negativos sobre la política porque reduce la confianza ciudadana en sus gobernantes, vulnera el imperio de la ley y socava la credibilidad de los políticos. Los que gobiernan son percibidos por la población como u grupo que están en el poder para apropiarse de rentas que no están destinadas para su disfrute personal. La corrupción está asociada a una mala administración pública, al enriquecimiento de pequeños y poderosos grupos y a la malversación de recursos estatales que impiden la prestación de servicios públicos esenciales en la vida de los pobres. La corrupción reduce la representatividad social de los pobres, debilita la confianza en los procesos democráticos y expande la percepción de fraudes electorales, compra de voluntades, clientelismo y estados débiles y fracasados. Debilita, por tanto, la confianza en las promesas de reformas sociales democráticas y aleja aún más a los más desfavorecidos de los foros de decisión.
Efectos de la corrupción sobre la economía
La corrupción también afecta negativamente al crecimiento económico. Frena la inversión directa extranjera y también la inversión nacional. Como consecuencia tiene efectos negativos en la creación de empleo, mejora tecnológica y organizativa de las empresas y aumento de la recaudación. El capital nacional y exttranjero huye a otros países. La corrupción hace también aumentar las dificultades comerciales y competitivas de las empresas, y genera y promueve los mercados negros.
La corrupción y la Ayuda al Desarrollo
Además, la corrupción puede reducir la eficacia de la cooperación para el desarrollo, distorsionando su verdadero impacto. Esto puede traducirse en un sentimiento de decepción y escepticismo hacia la ayuda al desarrollo por parte de los pobres que experimentan cómo nunca les llegan esos flujos externos supuestamente destinados a ellos, incluso en las peores situaciones de acciones humanitarias y alimentarias. Y también puede traducirse en una fatiga del ciudadano de los países desarrollados que observe con creciente recelo y desconfianza cómo la parte de sus impuestos que se dirige a la ayuda al desarrollo no alcanzan a los destinatarios necesitados, sino que alimentan la captura de rentas por parte de las élites dominantes del país receptor de la ayuda. Este hecho ha conducido a afirmar que la ayuda puede ser una maldición análoga a la que se deriva de poseer abundantes recursos naturales como el petróleo.
Casos de corrupción generados por la ayuda al desarrollo
El artículo de Larrú y Alcaide analiza una serie de casos de corrupción que en alguna medida fue alimentada por la ayuda al desarrollo. Los casos más conocidos, que se citan en el artículo, son el Zaire de Mobutu que durante su mandato extrajo de las arcas públicas 5.000 millones de dólares para sus cuentas personales, una cifra equivalente a la deuda externa zaireña en 1997, año en el que fue depuesto; Angola (se estima en casi 1.000 millones de dólares la cantidad desaparecida de las arcas públicas en 2001, tres veces más de lo que recibió en ayuda humanitaria ese mismo año); Filipinas de Marcos (las estimaciones elevan lo extraído por Marcos a 10.000 millones de dólares); la Indonesia de Suharto donde lo capturado fueron 35.000 millones; el Haití de Duvalier; Ruanda y Camerún país bien conocido en este blog de economía en el que el gobierno del dictador Paul Biya obtiene el 41 por 100 de sus ingresos públicos de la ayuda internacional.
Conclusión
Estos casos son sólo una muestra. Desgraciadamente, los países más corruptos no son castigados con menos ayuda. La corrupción no ha sido obstáculo para que los países donantes sigan colocando cantidades importantes de ayuda. Los criterios utilizados para conceder ayuda al desarrollo no se basan tanto en el buen gobierno (gobernanza) de los países pobres como en los intereses geoestratégicos y comerciales de los países donantes. Luchar contra la corrupción es una tarea esencial en el proceso de desarrollo de un país ¿Porque los países más corruptos son los más pobres?
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