China puede convertirse en 2008 en el mayor exportador mundial de bienes, desplazando a Alemania y a Estados Unidos. En 2006, la participación china en las exportaciones mundiales era del 8% y las importaciones representaban el 6,5% del total mundial (Alemania representaba el 9,1% de las exportaciones mundiales). También, en 2006, china desplazó a México desde el segundo al tercer lugar entre los socios comerciales de EEUU. Desde la entrada de China en la OMC, su grado de apertura comercial ha ido en continuo aumento, alcanzando un 90% en 2006. Las exportaciones crecen a ritmos anuales del 25%. El tipo de cambio muy depreciado es uno de los elemento que más favorece este aumento espectacular de las exportaciones chinas.
El gobierno de EEUU lleva años presionando a los chinos para que aprecien su moneda acusandoles de mantener un renminbi yuan artificialmente depreciado que perjudica las exportaciones de EEUU y beneficia las exportaciones chinas. Es común escuchar que esta competencia desleal de los chinos está aniquilando el sector industrial estadounidense y robando sus puestos de trabajo. Sin embargo, China representa solo una quinta parte de todo el déficit comercial de EEUU. El empleo industrial estadounidense hace tiempo que cae, tal como sucede en otros países ricos. En todo caso, el enorme superávit comercial China, que aumenta año a año, complica las relaciones entre China y sus principales socios comerciales (UE, Estados Unidos, Japón y la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático). Estos países ejercien una presión cada vez mayor para que China permita fluctuar libremente su moneda, con el objetivo de conseguir una reevaluación de la misma y encarecer sus exportaciones.
El gobierno chino, temeroso del efecto que la excesiva oferta monetaria pudiera tener sobre la inflación, decidió, en 2005, suavizar su política cambiaria. Se realizó una reforma del tipo de cambio moviéndose hacia un régimen de flotación sucia, basado en el mercado de oferta y demanda de divisas con referencia a una canasta de monedas. El yuan ya no está unido al dólar y el régimen de su tipo de cambio está siendo mejorado con mayor flexibilidad. Con esta reforma se consiguió una apreciación del yuan del 8%, pasando de un valor de 8,28 yuan/dólar (tipo de cambio fijo desde el año 1995) a 7,65 yuanes/dólar, en la actualidad (finales de mayo de 2007). Esta reciente aceleración del ritmo de apreciación del renminbi yuan es alentadora y parece probable que a finales de este año el cambio dólar/renminbi llegará a la cota de 7,50. Las autoridades chinas han diseñado una de las flotaciones cambiarias más ordenadas de la historia. China no va a optar por una revaluación agresiva del renminbi, entre otras razones para no repetir el error japonés, cuando este último firmó el Acuerdo de Plaza. Sin embargo, el ritmo de caída del dólar/renminbi es excesivamente lento ya que el rápido crecimiento de las reservas chinas se está convirtiéndose en un problema.
Según el índice Big-Mac el yuan esta muy depreciado, en más de un 50%, es decir, su paridad debería ser de de 3,45 dólares/yuan en vez de los 7,65 yuanes/dólar que cotiza en la actualidad ¿Debería China apreciar su moneda?
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