Tal como señalo en el artículo que publico hoy sábado en el diario Expansión (“El café de Zapatero”, página 49) la inflación interanual subió y se situó en el mes de marzo en el 2,5%. En varias ocasiones, en este blog de economía, hemos puesto de manifiesto que, aunque no lo parezca, este dato es malo. Nuestros precios siguen creciendo más que la media de la UE. Seguimos perdiendo competitividad. España es después de Grecia el país más inflacionario de la Eurozona. Desde que entramos en el euro los altos precios de los productos agrícolas, han empujado al alza el precio de los alimentos. Ahora se está produciendo un nuevo rebrote en los precios de los alimentos lo que a su vez está obligando a los consumidores a gastar menos en otros artículos e incitará al Banco Central Europeo a subir los tipos de interés para contener el brote inflacionario. En el futuro la inflación no va a amainar. El petróleo vuelve a estar en los 70 dólares. El precio mundial de los alimentos, con la nueva demanda por etanol y biodiesel, que pueden producirse con maíz, aceite de palma, azúcar y otros cultivos, está al alza (sobre este tema tienes un largo artículo, 2 páginas, de Patrick Barta en The WSJ publicado el martes 10 de abril). Esta demanda ha elevado el precio de estas materias primas y ha provocado, a su vez, un alza en los precios de la carne, huevos, refrescos y muchos otros productos.
Si usted, querido lector de este blog de economía, tiene alguna duda sobre si están subiendo o no los precios vaya al supermercado y compare los precios de hoy con los que había en marzo. Después de Semana Santa los precios han pegado un tirón que no hay bolsillo que lo resista. Los precios de los alimentos están creciendo y crecerá n todavía más. Muchos economistas creen que la presión inflacionaria sobre los alimentos persistirá. Mayores niveles de inflación coloca a los bancos centrales en una situación delicada. Aunque han logrado asimilar alzas parecidas en el precio de la energía, muchos no han enfrentado aumentos prolongados en los precios de los alimentos. Si se acentúa la inflación, por los aumentos de precios en la energía y en los alimentos, los bancos centrales podrían verse obligados a subir los tipos de interés. En un escenario de subida de tipos de interés (más del 90% de las hipotecas en España están suscritas a tipo de interés variable) es fácil entender porque las familias españolas no llegan a fin de mes.
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