Según confirmará el miércoles de la semana que viene el Instituto Nacional de Estadística (INE) la economía española registró un crecimiento mínimo durante el segundo trimestre de este año. El Producto Interno Bruto (la producción total de bienes y servicios de la economía) creció en ese trimestre a una tasa intertrimestral del 0,1%. A ello se une el mal comportanmiento de las variables económicas más importantes: el empleo, la producción industrial, la renta real disponible, la producción de servicios y las ventas del comercio minorista. Los últimos resultados de estos indicadores son desastrosos.
¿Estos malos datos significan que España está en recesión?
La Oficina Nacional de Investigación Económica de EEUU (NBER) define recesión como dos trimestres consecutivos de caída en el PIB. La economía española crece muy poco pero crece, por tanto según esta definición, que es la más utilizada, no está en recesión. Aunque la situación podría cambiar si, como desgraciadamente espero, el INE en los próximos trimestres revisase a la baja los datos de crecimiento del PIB del segundo trimestre.
¿Se podría estar en recesión sin un descenso de la producción económica (PIB)?
Para contestar a esta pregunta se puede acudir a otra definición de recesión que también utiliza la NBER: “un declive significativo de la actividad económica en toda la economía, que dura más de unos meses”. Para saber si este declive es significativo debemos analizar los indicadores económicos más importantes: crecimiento del PIB, empleo, creación y destrucción de empresas, producción industrial y consumo. La mayoría de estos indicadores están teniendo en España, como ya hemos dicho, un comportamiento muy débil o negativo en los últimos meses. Por tanto, según esta segunda definición, estaríamos en recesión.
A partir de ahora el gobierno tiene dos opciones: declarar que estamos en recesión debido al crecimiento prácticamente nulo de la economía española, al aumento del paro y al mal comportamiento de casi todas las demás variables macroeconómicas. O por el contrario podría decir que no estamos en una recesión y seguir señalando que estamos en una fuerte crisis económica de dimensiones desconocidas.
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