Al citar este pequeño país de poco más de 4 millones y medio de habitantes, lo primero que viene a la memoria, de los lectores de una cierta edad, es el recuerdo de Jean -Bédel Bokasa. Gobernó desde 1965 a 1970, renombrando el nombre del país a Imperio Centro Africano y auto nombrándose Emperador en un despilfarro de ceremonia de la que incluyo una foto para recordar lo que hace unas pocas décadas sucedía en antiguas colonias europeas.
Tras cincuenta años de dominio francés, la República Centroafricana se convirtió en un país independiente en 1960. Desde entonces ha pasado por cinco golpes de estado (Bokassa, Dacko, Kolinga , Bozizé y Djotodia) y actualmente, con una presidenta, Catherine Samba-Panza, se desangra en una guerra religiosa entre cristianos (gobierno) y musulmanes (rebeldes). Hay más de un millón de deslazados y unos 2.000 ciudadanos han sido asesinados en los últimos meses . En el 2013 el PIB decreció ¡un 14.5%! debido principalmente al desplome de la producción agrícola, ante la extensión del conflicto bélico, que supone el 55% de la economía. La proliferación de milicias armadas ha hecho que el comercio resulte impracticable afectando también al importante sector minero. El 2013 fue el año del último golpe de estado y de la violencia hacia los cristianos desde el gobierno musulmán y desde que en septiembre Djotodia dimitió y dejo la presidencia a la alcaldesa de la capital , Banguil , los perseguidores se han convertido en perseguidos.
Así que aunque se trata de un país con ingentes reservas de uranio, oro y diamantes y de un vasto territorio agrícola, nos encontramos ante uno de los lugares más pobres de África y del mundo, siendo calificado en el 2013 por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas en el puesto 179 de un total de 187 analizados. Es una responsabilidad de sus antiguos gestores europeos, que el motto del país, Unidad, Dignidad y Trabajo sea algo más que tres palabras juntas. El Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas autorizó a Francia a desplegar 1.200 tropas en el país y 6.000 soldados adicionales de la Organización, pero décadas de sufrimiento para los ciudadanos de este país no se resolverán exclusivamente por las armas.
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