En las últimas semanas se está produciendo en España un debate sobre si en nuestra economía hay señales o no de recuperación. Como siempre sucede en estos casos, el ciudadano de la calle se siente confuso. Parte de la culpa de esta confusión tiene que ver con el sesgo político de los intervinientes en la discusión pero también con la falta de acuerdo entre los economistas para definir y analizar los fenómenos económicos, especialmente los relacionados con los ciclos.
De forma concisa, podemos decir que la evolución de las economías a lo largo del tiempo se desarrolla en forma cíclica y que los ciclos tienen fases de expansión económica que se ven seguidas por fases de desaceleración de la actividad (muy bajas tasas de crecimiento económico) o incluso recesión (crecimiento negativo de la economía durante dos trimestres seguidos o más), para después pasar a una nueva recuperación y expansión económica.
¿La economía española, en qué fase cíclica se encuentra ahora?
Está en recesión: lleva seis trimestres, incluyendo este último del año, con crecimientos negativos. Sin embargo, hay tres indicadores, publicados esta semana, que muestran signos de recuperación económica. En este sentido parecería que la economía está yendo mejor de lo esperado. Por el contrario, hay cuatro estadísticas que señalan que seguimos metidos en una recesión de proporciones desconocidas.
¿Cuáles son los síntomas de la posible recuperación?:
1) Tras cuatro meses consecutivos de ganancias, la bolsa española acumula una revalorización del 17,76 por ciento, lo que convierte al período agosto-noviembre en el más fructífero desde 2009. (El comportamiento de la bolsa es un indicador adelantado de la actividad económica ya que refleja la opinión que tiene el mercado sobre la futura rentabilidad de las empresas: las subidas de las acciones manifiestan optimismo sobre el futuro de las compañías).
2) El Indicador de Clima Económico que publica el Ministerio de Economía lleva 3 meses subiendo y ha pasado del 82,8 en agosto a 86,4 en noviembre (la base 100 de este índice es la media del periodo 1990-2011).
3) La mejora de la competitividad está haciendo que las exportaciones de bienes y servicios españolas crezcan a un ritmo impresionante. Una razón más para esa mejora es, que el crecimiento de los precios de las exportaciones de bienes industriales, en tasa interanual, disminuyó en octubre cuatro décimas y se situó en el 2,6%, según publicó el martes el INE.
Sin embargo, otros indicadores, publicados también esta semana, muestran que España sigue en recesión.
1) El Índice de Gerentes de Compras (PMI) de las empresas manufactureras se situó en noviembre en 45,3 puntos, es decir, por debajo de la línea de 50 que separa el crecimiento de la contracción. El sector manufacturero español lleva 19 meses consecutivos registrando contracción.
2) En esta misma dirección va el Índice de Producción Industrial (IPI), que el INE publicó el miércoles. La industria continúa su desplome al caer en octubre, en tasa interanual y corregido el efecto calendario, un 3,3%. Por destino económico de los bienes, esta tasa es más negativa en el sector de bienes de consumo duradero (-6,6%) y en el de los bienes de equipo (-6,4%). Ambos sectores se ven muy perjudicados por la escasez de crédito. Además, y como es bien sabido, el crecimiento en la inversión de bienes de equipo es uno de los indicadores de que la economía se recupera. Estamos transitando hacia un nuevo modelo productivo basado en las exportaciones de bienes y servicios por lo que se necesitará, más bien pronto que tarde, una mayor producción de bienes de equipo.
Analizando el IPI desde una perspectiva más amplia, cinco años y medio, se demuestra que la industria en su conjunto está siendo incapaz de enfrentarse a la crisis más grave de nuestra reciente historia. El parón de la actividad industrial es alarmante y no tiene precedentes históricos. Efectivamente, el IPI (corregido) alcanzó su máximo histórico en marzo de 2007, con un valor de 118,8, pero fue cayendo, con alzas y bajas, hasta octubre de 2012, a un nivel de 80,9. Esto significa una caída del 32%.
3) También las ventas interiores declaradas en octubre por las empresas españolas a la Agencia Tributaria, corregidas y deflactadas, sufren una caída: en tasa interanual del 9,7%, la segunda mayor del año, sólo superada por la del mes de septiembre.
4) Por último, esta semana el Ministerio de Empleo y Seguridad Social ha publicado datos muy malos de la afiliación a la Seguridad Social de noviembre, que empeora el mal comportamiento que desde hace años sufre el mercado laboral. Se ha producido un descenso de 205.679 afiliados con respecto a septiembre. Son datos un poco distorsionados por la baja de los cuidadores sociales no profesionales (85.233 afiliados menos) que, en virtud del RD 20/2012 que regula el Sistema de Dependencia, ya no figuran como afiliados desde el día 1 de noviembre.
Pero aun descontando el efecto de los cuidadores no profesionales, el descenso (-120.446) es superior al registrado en el mes de noviembre de 2011 (-111.782); es el más alto en un mes de noviembre desde 2008 y sitúa a los ocupados en 16.531.048. Como los máximos de afiliación se dieron en julio de 2007 con 19.492.941, ello quiere decir que se han perdido desde el inicio de la crisis casi 3 millones.
Se sigue destruyendo empleo por la caída de la actividad económica, el ajuste de plantillas en las Administraciones Públicas y la terminación de numerosos contratos estacionales en actividades propias de la hostelería. Así, por ejemplo, Baleares ha sufrido en noviembre una caída de la afiliación de 60.000 personas y ha visto descender su empleo en casi un 15% en sólo un mes. En el futuro seguirá la destrucción de empleo. Los Expedientes de Regulación de Empleo (ERES) que están en marcha (Iberia, Bankia, Paradores, AENA, IMECO, Telemadrid, otras televisiones públicas, etc.) aumentarán el ejército de parados.
En resumen, la economía española, según algunos indicadores de actividad, parece que está en el camino que la lleva a la recuperación. Otras estadísticas, en cambio, que se refieren al empleo, producción industrial y ventas de las empresas muestran una situación descorazonadora. Estos malos datos son coherentes con una caída del PIB del -0,6% ó -0,7% en este cuarto trimestre del año, mayor, por tanto, que en los trimestres anteriores. Desgraciadamente, es muy probable que se contraiga también la economía en el primer semestre del año que viene y que a lo largo de 2013, se siga destruyendo empleo.
La mayoría de los economistas no esperan que haya recuperación económica (comienzo de la fase álgida del ciclo) hasta finales del año que viene y que se empiece a crear empleo hasta mediados de 2014. Cruda y dolorosa realidad que viene atemperada por los buenos datos, que hemos analizado al comienzo de este artículo.
De ahí que debamos seguir vigilando la marcha de los indicadores adelantados (bolsa, clima económico, el Índice sintético de Actividad, etc.) por si la recuperación pudiera llegar antes de lo previsto.
Fuente: Rafael Pampillón. “¿Hay señales de recuperación?”. Expansión. 8 de diciembre de 2012. página 43.
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