El Departamento de Seguridad Nacional de Estados Unidos acaba de anunciar que a partir del 8 de septiembre, cada turista que entre en el país, junto con el registro ESTA (Electronic System for Travel Authorization), tendrá que pagar 14 dolares (alrededor de 11 euros), importe que irá destinado a la financiación parcial de una campaña de promoción turística del país, que se propuso como parte del 2009 Travel Promotion Act del presidente Obama. Con este impuesto se busca reactivar la llegada de turistas a Estados Unidos y con esto, su sector turístico, como manera de recuperar parte del empleo y actividad previos a la crisis actual.

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