Una de las ideas más aceptadas en la corriente de pensamiento económico liberal es que el crecimiento económico es también para los pobres, más exactamente, que el crecimiento económico tiende a ser la mejor medicina contra la pobreza. Cuando un país crece, en PIB per cápita por ejemplo, ese crecimiento favorece también a los más pobres porque los pobres participan de la nueva actividad económica que subyace es crecimiento. Esta idea se ha corroborado empíricamente en multitud de trabajos. Por ejemplo, en el Gráfico 1, extraído de un estudio de Dollar & Kraay (2002), se observa la fuerte correlación positiva entre renta per cápita de la población media de cada país y la renta per cápita del veinte por ciento más pobres.
Últimos Comentarios