WP_Post Object ( [ID] => 10021 [post_author] => 115 [post_date] => 2011-05-02 07:37:35 [post_date_gmt] => 2011-05-02 05:37:35 [post_content] => Escrito por Rafael Pampillón La Gran Depresión La historia económica reciente muestra que las grandes crisis económicas se han alargado en el tiempo debido, entre otros motivos, al enorme retraso con que se han aplicado las necesarias medidas de política económica. Pasó mucho tiempo desde que comenzó la Gran Depresión de Estados Unidos (crack bursátil de 1929) hasta que el Presidente Roosevelt, del Partido Demócrata, ganó las elecciones y empezó a aplicar, en 1933, las políticas económicas adecuadas para que Estados Unidos saliese de la crisis. Se perdieron cuatro años e hizo falta un cambio de partido gobernante. Siete años de retraso Pasó más tiempo todavía, siete años, desde que arranca la Crisis del Petróleo, en diciembre de 1973, hasta que en 1980 Ronald Reagan gana las elecciones y comienza a aplicar las políticas económicas por el lado de la oferta que sacaron a Estados Unidos de la recesión. El presidente Carter del Partido Demócrata no supo sacar a Estados Unidos de la recesión y por eso perdió las elecciones en 1980. En Gran Bretaña sucedió lo mismo: los gobiernos laboristas de Harold Wilson (hasta 1976) y James Callaghan (hasta marzo de 1979) tampoco fueron capaces de resolver esa crisis del petróleo, por lo que su partido fue derrotado por el Partido Conservador en las elecciones en 1979. 2009, 2010 y 2011: cambios en la política económica. En esta tercera gran crisis, la denominada Gran Recesión, en algunos países como, por ejemplo, España o Portugal está pasando demasiado tiempo, cuatro años, desde que se inició la crisis hasta que se vaya a producir un cambio de Gobierno. Mientras tanto, en otros países las sustituciones ya se han producido. En 2009, en Grecia, el opositor Movimiento Socialista de Papandreou venció en las elecciones al conservador Nueva Democracia. En 2010, en Gran Bretaña el Partido Conservador, hasta entonces en la oposición, ganó al Laborista de Gordon Brown y en Holanda la derecha liberal de Mark Rutte se impuso en las elecciones a los socialdemócratas. Este año, 2011, en Irlanda el conservador Fine Gael ganó al que hasta entonces era el partido gobernante (Fianna Fáil) y en Hungría el partido de centroderecha ganó de forma aplastante y acabó con ocho años de gobiernos socialistas. Y es muy probable que en mayo el PSOE pierda las elecciones municipales y autonómicas como ya perdió las de Galicia y Cataluña. Todos los partidos políticos que gobernaban perdieron las elecciones porque ninguno de ellos supo resolver la crisis. En cambio, todos los que están ganando están cambiando la estrategia de política económica, al igual que hicieron Roosevelt, Thatcher y Reagan. El caso de España En mi opinión, en España la dimisión del Presidente del Gobierno, y el adelanto de las elecciones generales tendría, un efecto positivo: un nuevo Gobierno tendría cuatro años por delante para hacer las reformas y la política económica que necesita España. Se pondría fin, así, a esta situación de provisionalidad tras el anuncio de José Luis Rodríguez Zapatero de no dimitir y de seguir un año más. Desgraciadamente, seguir un año más alarga innecesariamente el estancamiento de la economía española. Lo más inteligente hubiera sido hacer coincidir las elecciones generales con las municipales y autonómicas porque, además de dar una señal de austeridad, hubiera posibilitado los necesarios ajustes en el gasto público que hay que hacer en todos los gobiernos municipales, autonómicos y central. Si hubiera ocurrido así los nuevos gobiernos territoriales que saldrán elegidos este 22 mayo podrían aplicar políticas económicas austeras sin hipotecas electorales. Desgraciadamente, no tomarán esas medidas impopulares a nivel autonómico y municipal, al menos con la profundidad necesaria, porque a sus respectivos partidos políticos les pasará factura en las elecciones generales de 2012. Otro año perdido. La situación que hemos descrito es grave porque aunque las empresas son las protagonistas y responsables de la competitividad, sus decisiones se ven afectadas por el entorno macroeconómico, que, a su vez, depende de la política económica. Y esa política económica debe ser creíble, estable, ortodoxa y bien definida en el largo plazo para que el sector privado emprenda nuevas aventuras empresariales y tome decisiones de producción y generación de empleo. Conclusión La historia muestra que cuando las crisis económicas son muy profundas suelen ser necesarios cambios en los gobiernos. Y aunque Zapatero está tomando medidas que van en la buena dirección, sin embargo, esta situación de interinidad no es buena porque retrasa la estrategia de política económica que se debe aplicar en los próximos años, que desgraciadamente al no saber cual va ser el gobierno futuro no se sabemos cuál será. Una situación de incertidumbre que puede paralizar las decisiones de inversión privada (nacional y extranjera). Por tanto, el elemento tiempo resulta fundamental; de ahí que adelantar las elecciones y conformar un nuevo gobierno produciría un cambio que podría acelerar la recuperación económica. Fuente: Rafael Pampillón. "Crisis, economía y elecciones". El Mundo (suplemento Mercados, pág. 12); 1 de mayo de 2011. [post_title] => Crisis, economía y elecciones. 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Escrito por Rafael Pampillón
La Gran Depresión
La historia económica reciente muestra que las grandes crisis económicas se han alargado en el tiempo debido, entre otros motivos, al enorme retraso con que se han aplicado las necesarias medidas de política económica. Pasó mucho tiempo desde que comenzó la Gran Depresión de Estados Unidos (crack bursátil de 1929) hasta que el Presidente Roosevelt, del Partido Demócrata, ganó las elecciones y empezó a aplicar, en 1933, las políticas económicas adecuadas para que Estados Unidos saliese de la crisis. Se perdieron cuatro años e hizo falta un cambio de partido gobernante.
Siete años de retraso
Pasó más tiempo todavía, siete años, desde que arranca la Crisis del Petróleo, en diciembre de 1973, hasta que en 1980 Ronald Reagan gana las elecciones y comienza a aplicar las políticas económicas por el lado de la oferta que sacaron a Estados Unidos de la recesión. El presidente Carter del Partido Demócrata no supo sacar a Estados Unidos de la recesión y por eso perdió las elecciones en 1980. En Gran Bretaña sucedió lo mismo: los gobiernos laboristas de Harold Wilson (hasta 1976) y James Callaghan (hasta marzo de 1979) tampoco fueron capaces de resolver esa crisis del petróleo, por lo que su partido fue derrotado por el Partido Conservador en las elecciones en 1979.
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