Los datos publicados hoy, por el INE, sobre el crecimiento de la economía española no deben ser motivo de alegría y satisfacción. Muy al contrario, desgraciadamente se observa, con respecto al primer trimestre, una caída en nuestras exportaciones de bienes. Mala señal.
Lo positivo es que la economía española creció en el segundo trimestre del año un 0,2% (trimestral), con respecto al primer trimestre. De los últimos seis trimestres, en cinco se ha registrado un crecimiento positivo. Este ritmo de avance, en el 2º trimestre, se explica por el dinamismo del consumo privado, el crecimiento de la demanda de bienes de equipo, el aumento del turismo y la caída de las importaciones.
Estos datos del segundo trimestre son dos décimas peores que los del primer trimestre. La reducción de la tasa de crecimiento se explica por el menor dinamismo de la demanda externa de nuestros bienes (que cayeron un 5,2%) pero que se ha compensado en parte por el crecimiento del turismo (las exportaciones de servicios crecieron un 5,4%).
Por tanto, se vuelve a poner de manifiesto la necesidad de que nuestras empresas aprovechen más y mejor las posibilidades que ofrecen los mercados exteriores. El tirón de la demanda externa, suele ser condición necesaria en todo ciclo de recuperación. En otras expansiones conseguíamos revitalizar la demanda externa vía devaluaciones y ahora lo estamos consiguiendo más lentamente al no disponer de esa ayuda adicional. Además el estancamiento de las economías francesa y alemana no es una buena noticia.
Para compensar el debilitamiento de nuestros principales clientes conviene insistir en la necesidad de reducir los costes empresariales también los laborales para mejorar nuestra competitividad. La mejora de nuestra competitividad es un factor clave para lograr un crecimiento sostenible, equilibrado y generador de empleo.
Este patrón de comportamiento con una fuerte presencia de la demanda externa en las primeras etapas tras una crisis es además imprescindible, teniendo en cuenta la caída de la demanda interna y la necesidad de reducir el déficit público y otros desequilibrios acumulados durante los últimos años.
Cuadro: Crecimiento del producto interior bruto y sus componentes. Datos corregidos de efectos estacionales y de calendario. Tasas de variación del segundo trimestre de 2011, con respecto al primer trimestre.
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