La semana pasada, en la reunión que mantuvo la OPEP en Abuya, Nigeria, se aprobó que Angola ingrese en la organización el próximo 1 de enero. Angola, que es el segundo productor del África Subsahariana tras Nigeria, se convierte de esta manera en el decimosegundo miembro de la OPEP. En 2005 su producción casi alcanzó los 1.250.000 barriles diarios, pero se espera que en 2008 llegue a los 2 millones de barriles/día. El 75% de su petróleo se dirige a Estados Unidos, y a China, de quien se ha convertido en su principal suministrador. El 18% del petróleo que importa China, es angoleño.
Con su incorporación, el cártel que controla más del 75% de las reservas mundiales, aumenta del 40% al 43% su cuota de mercado en producción. Tras Angola, es posible que en los próximos meses se incorpore Sudán, cuyo régimen islamista denostado en Occidente ha encontrado en Pekín un perfecto aliado, y Ecuador, puesto que su presidente electo Rafael Correa ha manifestado interés por volver a la organización que abandonó a mediados de los noventa. Pero estas futuras incorporaciones tendrán menor peso, ya que en 2005 produjeron 380.000 y 540.000 barriles diarios respectivamente.
Los deseos de algunos países productores de sumarse a la OPEP en estos momentos, suponen un reforzamiento de la estrategia de la organización para mantener elevado el precio del crudo. Ante el descenso que el precio del petróleo venía experimentando desde el final del verano, en octubre la OPEP redujo su producción en 1,2 millones de barriles/día, y en la reciente cumbre de Abuya volvió a anunciar otro recorte de 500.0000 barriles/día, que entrará en vigor en febrero. El objetivo es mantener el precio por encima de los 60 dólares, puesto que piensan que a esos niveles, apenas se le resta crecimiento a la economía mundial y se consiguen, en cambio, unos sustanciosos beneficios. Por tanto las previsiones que había de que el crudo descendiese hasta los 45$ durante 2007, parece que no se cumplirán, salvo que se produjese una fuerte desaceleración de la economía norteamericana.
Si resulta inquietante para los países importadores que la OPEP se refuerce, más inquietantes aún son los deseos que alberga Putin de crear una especie de OPEP del gas, junto a países como Irán, Qatar, Argelia y Venezuela. Su objetivo sería cartelizar el mercado, para lograr elevar el precio de un combustible que jugará un papel determinante en los próximos años. De momento sólo ha sido un globo sonda, pero no sería extraño que, en los próximos tiempos, viéramos movimientos en ese sentido.
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