WP_Post Object ( [ID] => 21372 [post_author] => 13322 [post_date] => 2015-05-09 23:59:02 [post_date_gmt] => 2015-05-09 21:59:02 [post_content] => Hay una subcategoría económica que consiste en crear términos y acrónimos para definir el cambiante estado de las cosas: Desde los BRICS, a los Eagles y desde la Troika al Grexit. Este último empieza a ser un término conocido y defendido por quienes defienden o simplemente argumenta sobre la posible salida de Grecia de la Eurozona. Hay dos posturas dispares: La que considera que la salida (exit) es inevitable y defiende que aunque costosa para los prestamistas es un mal menor, cómo un mal divorcio y por otra parte quienes defienden que todo lo bueno que ha desarrollado el país Heleno en las últimas tres décadas ha venido impuesto desde Bruselas, con lo que la autonomía de los principios de la UE supondría caer en una sima todavía más profunda. Una Grecia fuera de la UE tendría la capacidad de poder emitir su nuevo dracma (o cómo se denominase), devaluar su moneda con el objeto de incrementar su competitividad exterior, seguro que en muchos agentes económicos locales, además se tendría una sensación de liberación y podrían marcase objetivos, por ejemplo sobre la evasión fiscal, teniendo en cuenta que el resultado estaría en las manos de los propios griegos. Para la zona Euro, una salida de Grecia, supondría sobre todo un mensaje de autoridad, señalando vehementemente que las reglas de los 28 o 27 están hechas para ser cumplidas. Los que consideran que hay que evitar esta hipótesis a toda costa ven unos costes enormes en el divorcio. De Grecia saldrían Firmas y entidades financieras de forma masiva, con lo que algún tipo de corralito parecería inevitable. La moneda local fuertemente devaluada haría insoportable la importación de commodities y la falta de acceso a los mercados internacionales de financiación conduciría a los helenos a llamar a la puerta de los mismos organismos multilaterales que ahora rechaza. Respecto a la Unión Europea, hay que señalar que casi el 75% de los 317.000Millones de la deuda gubernamental helena tiene como acreedores a países y entidad financieras de la eurozona. Una quita o pérdida definitiva de un alto porcentaje de este importe parecería inevitable. Vivimos años muy interesantes en el plano económico, pero en el caso Griego y tras cinco años de austeridad y ajuste para los ciudadanos del país , hay que esperar que las dos partes implicadas (prestamistas y deudor) se marquen como objetivo el reconducir la situación de los 11 Millones de ciudadanos implicados. [post_title] => La Salida de Grecia [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => open [post_password] => [post_name] => la-salida-de-grecia [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2023-12-13 13:55:30 [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:55:30 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=21372 [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 1 [filter] => raw )
Hay una subcategoría económica que consiste en crear términos y acrónimos para definir el cambiante estado de las cosas: Desde los BRICS, a los Eagles y desde la Troika al Grexit. Este último empieza a ser un término conocido y defendido por quienes defienden o simplemente argumenta sobre la posible salida de Grecia de la Eurozona.
Hay dos posturas dispares: La que considera que la salida (exit) es inevitable y defiende que aunque costosa para los prestamistas es un mal menor, cómo un mal divorcio y por otra parte quienes defienden que todo lo bueno que ha desarrollado el país Heleno en las últimas tres décadas ha venido impuesto desde Bruselas, con lo que la autonomía de los principios de la UE supondría caer en una sima todavía más profunda.
Una Grecia fuera de la UE tendría la capacidad de poder emitir su nuevo dracma (o cómo se denominase), devaluar su moneda con el objeto de incrementar su competitividad exterior, seguro que en muchos agentes económicos locales, además se tendría una sensación de liberación y podrían marcase objetivos, por ejemplo sobre la evasión fiscal, teniendo en cuenta que el resultado estaría en las manos de los propios griegos. Para la zona Euro, una salida de Grecia, supondría sobre todo un mensaje de autoridad, señalando vehementemente que las reglas de los 28 o 27 están hechas para ser cumplidas.
Los que consideran que hay que evitar esta hipótesis a toda costa ven unos costes enormes en el divorcio. De Grecia saldrían Firmas y entidades financieras de forma masiva, con lo que algún tipo de corralito parecería inevitable. La moneda local fuertemente devaluada haría insoportable la importación de commodities y la falta de acceso a los mercados internacionales de financiación conduciría a los helenos a llamar a la puerta de los mismos organismos multilaterales que ahora rechaza.
Respecto a la Unión Europea, hay que señalar que casi el 75% de los 317.000Millones de la deuda gubernamental helena tiene como acreedores a países y entidad financieras de la eurozona. Una quita o pérdida definitiva de un alto porcentaje de este importe parecería inevitable.
Vivimos años muy interesantes en el plano económico, pero en el caso Griego y tras cinco años de austeridad y ajuste para los ciudadanos del país , hay que esperar que las dos partes implicadas (prestamistas y deudor) se marquen como objetivo el reconducir la situación de los 11 Millones de ciudadanos implicados.
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