La crisis económica sufrida por España en los últimos años ha servido para reavivar el debate sobre la importancia del sector manufacturero. Las estadísticas ilustran la pérdida de la contribución del sector manufacturero en el PIB, que ha pasado de niveles del 18% en el año 2000 al 13,4% en el año 2013. Sin embargo, se observa que, mientras en el año 2009 la participación de la industria manufacturera española en el PIB alcanzó un mínimo del 12,3%, a partir de entonces se ha producido un ligero repunte hasta alcanzar el 13,4% en 2013.
¿Qué factores explican esta tendencia al alza de las manufacturas en España?
El último Consenso Económico de PWC, publicado esta semana, recoge un monográfico que da respuesta a esa pregunta y también a otras sobre la reindustrialización de España. El informe se basa en las respuestas a un cuestionario contestado por más de 100 ejecutivos de empresa y expertos económicos. El panel señala que las causas de este ligero avance del sector de las manufacturas se encuentra en:
1) La contención de los costes laborales, que ha permitido mejorar la competitividad de las empresas.
2) La mayor orientación exportadora de las empresas debido, entre otros motivos, a la debilidad de la demanda interna.
3) El aumento del emprendimiento fomentado desde diversas instituciones públicas y privadas.
4) Las mejoras realizadas en el sistema de formación profesional. Por lo que se refiere a este último aspecto, la mayoría de los encuestados piensa que se debe seguir progresando en la mejora de la cualificación de los trabajadores
Esta tendencia reciente, aún siendo positiva, es insuficiente. La participación de la manufactura española en el total del PIB está todavía lejos de la media de la zona euro, que es del 16% del PIB, y todavía mucho más lejos de otros países de la Unión Europea como Hungría, Rumanía y Polonia en los que la industria alcanza el 30% del PIB. De ahí que el consenso de PWC pregunte también a los panelistas por los principales retos a los que se enfrenta la empresa industrial española. La mayor parte de de los participantes hacen hincapié en:
a) elevar los niveles de inversión en I+D y la capacidad innovadora;
b) mantener la contención de los costes laborales;
c) garantizar el suministro energético a precios competitivos; y
d) mejorar la percepción que tienen los extranjeros sobre la marca España, el riesgo país y el funcionamiento de nuestras instituciones.
Como resumen, del monográfico de PWC dedicado a la reindustrialización de España se puede señalar que la mayoría de los encuestados creen que la industria española está avanzando en la dirección correcta para hacer frente a los desafíos que tiene por delante; que el crecimiento de las exportaciones industriales ha sido uno de los aspectos más positivos de la marcha de la economía española en los últimos años; que en el futuro la industria mantendrá esta vocación exportadora, pues las empresas han aprendido que la internacionalización es clave para la supervivencia y que debe aumentar su financiación tanto bancaria como a través de otras fuentes no bancarias, sin excluir la autofinanciación (generar fondos propios).
Mejora la exportación de los productos de alta tecnología
Precisamente, esta semana, hemos conocido también información muy importante sobre el comportamiento de los sectores intensivos en tecnología de la economía española. Efectivamente, el INE publicó, con mucho retraso, los datos del año 2012 de comercio exterior de productos de alta tecnología. Se trata de información relevante y muy detallada del comportamiento de los sectores manufactureros de construcción aeronáutica y espacial, maquinaria de oficina y equipo informático, material electrónico, aparatos de radio, TV y comunicaciones, productos farmacéuticos, instrumentos científicos, material eléctrico, productos químicos, maquinaria y equipo mecánico y armas y municiones.
Las exportaciones españolas de productos de alta tecnología alcanzaron en 2012 su máximo histórico: 11.398 millones de euros, lo que supone un aumento del 9,3% con respecto a 2011; es el cuarto año consecutivo de crecimiento. Por su parte, la tasa de cobertura del comercio exterior de la industria de alta tecnología fue de 57%: record histórico desde el comienzo de la serie. Por cada 100 euros que importamos de productos de alta tecnología exportamos 57 euros cuando en 2008 (mínimo de cobertura de la serie histórica) eran 28.
Estos datos señalan una mejora en la competitividad del país, tanto más cuanto que el sector de alta tecnología se caracteriza por una rápida renovación de conocimientos, muy superior a la de otros sectores, ya que dada su elevada complejidad exige un continuo esfuerzo en investigación.
En resumen, los buenos datos disponibles de la producción manufacturera señalan que en la industria española se ha producido un cambio de rumbo. España necesita tener una industria fuerte, eficiente y competitiva como instrumento imprescindible para alcanzar un alto nivel de crecimiento y empleo. Conviene recordar que las ganancias de productividad en este sector son superiores a las logradas en otras ramas de la producción.
Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. “La reindustrialización de España”. Expansión. Sábado 8 de marzo de 2014, página 43.
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