No han pasado ni 23 años desde la primera suspensión de pagos del país denominado entonces URSS y ahora Federación Rusa. Hablo del movido verano de 1991. Siete años después la Federación volvería a mostrar serios problemas de solvencia exterior pero una mejor explotación de sus abundantes recursos naturales (petróleo, gas y metales) , durante la siguiente década, cambio la percepción exterior situándoles dentro del bloque de las economías con mayor futuro: Los Brics. Algunos puntos fueron debidamente aprendidos en aquella década convulsa de los noventa, por las autoridades, limitando el endeudamiento público para situarlo en un más que correcto -1% (Como porcentaje del PIB, estimación del 2014) y con un monto relevante de reservas de divisa extranjera en el Banco Central que diese estabilidad a la divisa local.
Es importante señalara que aunque, como he señalado, la deuda pública y el déficit gubernamental esté en limites correctos, el sector público emplea a uno de cada cuatro trabajadores que han tenido una política continuada de mantenimiento de salarios. Esto ha hecho que el Consumo haya sido el principal motor de la economía en estos dos últimos años junto con un superávit de la cuenta corriente fruto de las importantes exportaciones de petróleo y gas (2/3 del total).
El principal reto de Rusia es incrementar la apreciación sobre el país para hacer negocios. De Enero a Septiembre del 2013, USD 58 billones de inversión extranjera salieron del país. El débil marco legal existente en el país y la falta de protección efectiva de los derechos de propiedad aleja la inversión exterior. Rusia está clasificada en el puesto 176 de 215, en la lista elaborada por el Banco Mundial de buen Gobierno.
El Reto de Rusia no sólo tiene que ganar imagen con los juegos de inviernos sino una importante batalla contra la corrupción y la transparencia
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