Esta semana hemos conocido información positiva y relevante sobre la evolución reciente de la economía de España. El Instituto Nacional de Estadística (INE) confirmó lo que ya había adelantado el Banco de España: la economía española creció un 0,1% en el tercer trimestre. Se termina así una larga recesión, que ha durado nueve trimestres. Este ligero crecimiento del PIB se ha debido al aumento del consumo (+0,1%), de los bienes de equipo y de las exportaciones, que han podido compensar las caídas del consumo público, de la obra civil y de la construcción de viviendas. Habrá que esperar al 28 de noviembre para conocer con más detalle la evolución de estos componentes del PIB.
Foto: barco de vela en una calma (velocidad 0,1 nudos)
La inflación también parece dominada. El INE confirmó que este mes de octubre continuó la tendencia iniciada hace cuatro meses de mayor estabilidad de precios. Es más, el crecimiento del IPC en los doce últimos meses (noviembre de 2012 a octubre de 2013) fue del -0,3%. Esta tendencia es una buena noticia para nuestra economía, ya que menores precios suponen una ganancia de poder adquisitivo para los consumidores, a la vez que un aumento de competitividad para nuestras exportaciones. Una prueba de esa ganancia de poder adquisitivo queda reflejada en el aumento del consumo de las familias. Así Índice del Comercio Minorista del mes de septiembre, deflactado y corregido de efectos de calendario, publicado esta semana, muestra un aumento de un 2,3% interanual, el primer aumento en tres años.
En cuanto a la mejora de la competitividad, el Banco de España informó el jueves que en el periodo enero-agosto sigue aumentando el superávit exterior. El saldo por cuenta corriente arrojó en esos ocho meses un saldo positivo de 2.615 millones de euros, que representa el 0,6% del PIB y que contrasta con el 10% de déficit que soportaba la economía española en el año 2007. ¿Cuáles son las causas de esta corrección drástica que supone pasar de un elevado déficit externo a un superávit? Esta mejoría se debió, fundamentalmente, a la reducción del saldo negativo de la balanza comercial y al aumento del superávit de la balanza de servicios y que pasamos a comentar.
Las exportaciones
Entre enero y agosto la balanza de bienes reduce su déficit debido a que las exportaciones crecen un 6,6% y en cambio las importaciones descienden un 3,2%. La tasa de cobertura (el porcentaje de importaciones de mercancías que son cubiertas por las exportaciones) continúa aumentando rápidamente y se situó en el 95%, que es el máximo histórico (nueve puntos más que un año antes).
En las exportaciones de bienes se observa un cambio de tendencia por destinos: aun siendo muy elevado, se reduce el crecimiento de las exportaciones que se dirigen a los países emergentes y, en cambio, van aumentando las ventas a nuestros socios europeos. Es el resultado lógico del enfriamiento de los países menos desarrollados y de la salida de la recesión de los países europeos. Los mayores crecimientos se observan en Oriente Medio (+35,2%), Brasil (+34,8), Argelia (+25,5%) y China (+11,3%); por lo que respecta a la Unión Europea, el crecimiento de las exportaciones fue del 4,4% en tasa interanual, frente al +3,6% del mes anterior. Por productos, destaca el notable crecimiento en sectores con elevado contenido tecnológico, especialmente el crecimiento de las exportaciones de bienes de equipo que crecen un 16% (en especial el material de transporte y la maquinaria para la industria).
Por su parte la balanza de servicios entre enero y agosto acumula un superávit de 26.771 millones de euros que es un 5% mayor que en el mismo período del año 2012. Es una consecuencia fundamentalmente de la ampliación del saldo positivo de turismo y viajes. En esos ocho meses los ingresos por turismo alcanzaron 30.770 millones, lo que supone un crecimiento del 3,1% con respecto al mismo periodo del año anterior. Si a esta información, publicada el jueves por el Banco de España, añadimos la del mes de septiembre, suministrada por el Ministerio de Economía, España recibió en esos nueve meses 48,8 millones de turista, un 4,6% más que en el mismo período de 2012 lo que confirma el buen momento que vive el turismo exterior. No está de más recordar que el sector turístico es un motor muy importante de la economía española no sólo por su peso en el PIB (12%), sino también por su capacidad de generar empleo y contribuir muy positivamente al equilibrio de la balanza de pagos (los ingresos por turismo extranjero alcanzarán este año cerca de los 44.000 millones de euros, lo que equivale al 4,3% del PIB).
La apertura exterior
Como hemos señalado el conjunto de las exportaciones de bienes y servicios siguen aumentando rápidamente (5%) y han pasado de representar el 24% de nuestro PIB en 2009 al 34% en 2013. Esto significa que en los cuatro últimos años las exportaciones españolas han ganado diez puntos de participación en el PIB. Este impresionante aumento de la apertura de nuestra economía es una consecuencia del proceso de devaluación interna que está dirigiendo a España por el camino de la recuperación económica.
Además, esta mejora en las exportaciones españolas de bienes y servicios refleja un aumento de la competitividad de nuestra economía y una reducción de nuestro déficit con el exterior, lo que está favoreciendo la distensión en los mercados de deuda. También porque los mercados están percibiendo que el déficit de las Administraciones Públicas sigue cayendo si se excluyen las ayudas al sistema financiero. De ahí que la prima de riesgo, que el 24 de julio del año pasado llegó a estar en 630 puntos, se haya situado esta semana en 230 puntos y el bono español a 10 años esté pagando hoy un interés del 4%, frente al 7% del año pasado. Si queremos que esta situación se mantenga o incluso mejore todavía más es necesario que el gobierno cumpla con su compromiso de aplicar medidas fiscales y estructurales que permitan paulatinos avances en la reducción del déficit.
En resumen, tal como venimos señalando en esta página desde hace tiempo la economía española está siguiendo la hoja de ruta que siempre ha seguido para salir de las crisis: como consecuencia de las mejoras de la productividad y competitividad las exportaciones de bienes y servicios crecen rápidamente (lo están haciendo al 5%) y, como consecuencia y poco a poco se va recuperando la inversión (crece la producción y la demanda de bienes de equipo). Ello se debe a que producir para exportar va exigiendo cada vez más una mayor ocupación de la capacidad productiva instalada que al final genera, en algunos sectores, un proceso de inversión en bienes de equipo. Después, del aumento de la inversión, podría mejorar el empleo, es decir, las empresas, con unas plantillas muy ajustadas, empiezan a contratar y, finalmente, esa mejora del empleo y de las expectativas daría paso a una reactivación del consumo.
Pues bien en el tercer trimestre las exportaciones crecen, también lo hace un poco la inversión de bienes de equipo, se ha creado algo de empleo, aumenta el comercio minorista y también, según el Banco de España, el consumo después de varios trimestres de caídas ha empezado a remontar muy ligeramente (+0,1% en el trimestre).
Sin embargo, este germen de crecimiento no puede ser motivo de complacencia. Si realmente se quieren aprovechar las potencialidades de crecimiento de la economía española hay que seguir haciendo reformas estructurales de mucho mayor calado que las que hasta ahora se vienen haciendo. La política económica debe realizar más cambios en la legislación laboral, en el sistema de pensiones, en la competencia del sector servicios, en el tamaño de las Administraciones Públicas, en la reducción del déficit público, etc. Y, aunque hayamos tenido cuatro meses de más estabilidad de precios, hay que seguir luchando contra la inflación para conseguir que nuestros precios sigan creciendo menos que los de los países con los que competimos.
Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. “El camino de la recuperación”. Expansión. 2 de noviembre de 2013, página 34
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