Esta semana hemos conocido información muy importante sobre el comportamiento del sector de los bienes de equipo, un sector que como es sabido es muy intensivo en tecnología. Efectivamente, SERCOBE publicó el comercio exterior de bienes de equipo en el año 2012. Una información que nos indica que la economía española continúa reduciendo sus desequilibrios incluso a más velocidad de lo previsto.
Por tercer año consecutivo, las exportaciones de bienes de equipo han seguido creciendo: en 2012 al 7,1%. Aunque lo que parece más llamativo es que la propensión exportadora (relación Exportación / Facturación) alcanzó más del 85%: un porcentaje que es muy superior a la media en los países más industrializados. No menos sorprendente fue el comportamiento de la tasa de cobertura que mide la parte de importaciones que son cubiertas por las exportaciones: en 2012 la cobertura de la industria en bienes de equipo fue de 96,5%, alcanzando así su record histórico. Por cada 100 euros que importamos de bienes de equipo exportamos casi lo mismo, 96,5 euros, cuando en 2005 eran 53.
Cuadro: Comercio exterior de bienes de equipo (en millones de euros)
Exportaciones (X) | Importaciones (M) | Cobertura X/M (%) | |
2005 |
24.015 |
45.255 |
53,1 |
2006 |
27.063 |
50.796 |
53,3 |
2007 |
27.065 |
51.400 |
52,7 |
2008 |
28.019 |
51.742 |
54,2 |
2009 |
23.662 |
34.347 |
68,9 |
2010 |
26.628 |
37.459 |
70,0 |
2011 |
31.187 |
37.491 |
83,2 |
2012 |
33.414* |
34.626 |
96,5* |
*Máximo histórico Fuente: SERCOBE 2013
Desde hace tiempo venimos insistiendo desde esta página que, ante el desplome de la demanda interna, la economía española necesita crecer a través del aumento de las exportaciones. Una tendencia que con los datos publicados esta semana parece que se está fortaleciendo. La elevada heterogeneidad, capacidad de penetración y diversificación geográfica de las exportaciones españolas está siendo un factor fundamental que nos permitirá, vía sector exterior, ir saliendo de la grave crisis que padecemos.
Y dentro de las exportaciones es preciso fijarse en aquellas que tienen un mayor componente tecnológico, ya que son un buen indicador de la competitividad de nuestra economía y de la situación tecnológica de España. Sin olvidar que la vibrante exportación de este tipo de bienes es el resultado, entre otros factores, del gasto en Investigación y Desarrollo (I+D). Efectivamente, la inversión en I+D genera un impacto positivo en la calidad de los productos y en los procesos de innovación, y también en la reducción de los costes empresariales. Es más, está generalmente admitido que la tecnología incorporada (en los bienes de capital) ha tenido y tiene mayor influencia en los aumentos de la productividad que la utilización de la tecnología desincorporada a los bienes de equipo como pueden ser las patentes y la asistencia técnica.
Precisamente es ese aumento de la productividad generado por el avance tecnológico el que aumenta la capacidad de competir porque, entre otras cosas, permite adaptar la producción nacional a la evolución de la demanda internacional. Desgraciadamente, y debido a los ajustes presupuestarios, el gasto público en I+D lleva dos años (2011 y 2012) reduciéndose. También y como consecuencia de la crisis disminuye el gasto empresarial en I+D. Como es bien sabido nuestro país invierte en I+D mucho menos, como porcentaje del PIB, que el resto de las principales economías de la Unión Europea, Japón y Estados Unidos.
A ello hay que unir la baja proporción que representa en España la inversión empresarial en I+D sobre el total del gasto nacional: 52%; lo que pone de manifiesto que aunque los sectores comentados más arriba vayan bien, sin embargo, una buena parte del tejido productivo de nuestro país sufre un elevado retraso. En países más avanzados, además de gastar mucho más en I+D, el porcentaje de la inversión privada con respecto al total es mucho mayor. En Estados Unidos representan el 67%, en Japón el 77%, y en Alemania, 68%. La media de la OCDE se sitúa en el 65% y la de la UE, en el 56%. Afortunadamente, los datos disponibles de gastos en I+D muestran que en España aumenta la proporción de gasto privado y disminuye el gasto público.
Así las cosas, nuestras empresas siguen el buen camino de vender y mejorar su oferta en el exterior gracias a que son cada vez más creativas e innovadoras. Lo que muestra que España tiene un fuerte potencial innovador. Pero hay que seguir insistiendo en que es el trabajo científico organizado, aunque en diferentes escalas, donde surgen las tecnologías que con sus constantes progresos dan lugar a estas exportaciones. Por lo que es necesario seguir gastando más y mejor en I+D.
Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. “También se exporta tecnología“. Expansión 9 de marzo de 2013. Página 47.
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