Esta semana el INE informó que el Producto Interno Bruto (PIB) español aceleró su ritmo de caída en el cuarto trimestre de 2012. Sin embargo, se publicaron también datos de balanza de pagos y de déficit público que muestran que se reducen algunos desequilibrios y mejora la productividad y la competitividad. El futuro de la economía española es más esperanzador.
Así, este jueves, el Banco de España informaba sobre la balanza de pagos de del año 2012, confirmando que el sector exterior de nuestra economía sigue yendo muy bien. Durante el año pasado, el déficit de la balanza por cuenta corriente se redujo hasta 8.258 millones de euros (frente a los 37.497 millones registrados en 2011). Lo que supone un 0,8% del PIB que resulta ser el déficit exterior sobre PIB más bajo desde que España entró a formar parte del euro en 1.999.
¿Cuáles son las causas de esta corrección drástica del déficit externo?
Esta mejoría se debió, fundamentalmente, a la reducción del saldo negativo de la balanza comercial y al aumento del superávit de la balanza de servicios y que pasamos a comentar.
En 2012 el déficit de la balanza de mercancías se situó en 24.928 millones de euros, un 37% menos que un año antes. Consecuencia del avance de las exportaciones (+4%) y el descenso de las importaciones (-2,3%).
Por su parte la balanza de servicios obtuvo en 2012 un superávit un 13,5% mayor que en 2011. Fue consecuencia de la ampliación del saldo positivo de turismo y viajes, pero sobre todo del incremento de las exportaciones de servicios no turísticos que alcanzan el récord histórico de 66.378,5 millones de euros y que representa un incremento del 12% con respecto a 2011. Por sectores, esta mejora se liga al fuerte empuje de las exportaciones de los sectores de comunicaciones, informática, servicios ligados a la construcción, seguros y royalties. Por tanto en la balanza de servicios, al tradicional superávit del turismo, se debe añadir un superávit creciente en los servicios no turísticos y que viene a reflejar también el esfuerzo de las empresas por abrir mercados en el exterior ante la debilidad de la demanda interna.
Aumenta la apertura
El conjunto de las exportaciones de bienes y servicios sigue aumentando rápidamente (5%) y han pasado de representar el 24% de nuestro PIB en 2009 al 32,5% en 2012. Esto significa que en los tres últimos años las exportaciones españolas han ganado más de ocho puntos de participación en el PIB. Este impresionante aumento de la apertura de nuestra economía es una consecuencia de cuatro factores:
1) reducción de los costes laborales (según el INE en 2012 los costes laborales unitarios registraron una caída del 5,8%),
2) aumento del número de empresas que exportan,
3) diversificación geográfica de las ventas en el exterior, que ha permitido reducir significativamente nuestra tradicional dependencia de la UE y
4) la contracción de la demanda interna que analizaremos a continuación, y que obliga a nuestras empresas a vender más en el exterior.
La demanda interna se contrae
Durante 2012 la demanda interna española cayó un 4,7% (ver gráfico). Una caída que fue compensada en parte por la contribución positiva del sector exterior, de forma que el PIB se contrajo en el conjunto del año un 1,9%. Durante el cuarto trimestre de 2012 el PIB se redujo un 0,8% con respecto al tercero, es la sexta caída consecutiva y la mayor contracción desde mediados de 2009. Una reducción que fue consecuencia precisamente del deterioro de todos los componentes de la demanda interna:
1) El consumo privado se contrajo el 1,9% trimestral (-7,6 anualizado) que se debió entre otros factores a:
a) la subida del IVA de septiembre,
b) la reducción de los salarios (según el INE la masa salarial cayó un 8,5% durante 2012),
c) las dificultades de conseguir crédito para la compra de bienes de consumo duradero,
d) la creciente incertidumbre de las familias ante su futuro económico,
e) La destrucción de empleo; en 2012 se produjo una reducción neta de 805 mil puestos de trabajo a tiempo completo. Desgraciadamente durante este primer trimestre del año continuará la destrucción de empleo y el aumento del desempleo. Los datos del paro de enero y febrero no han sido buenos. El lunes conoceremos el paro registrado de febrero, que estimamos en 80.000 parados más, a los que hay que sumar los 132.000 registrados en enero.
2) La reducción de la inversión (-3,9% trimestral), por el endurecimiento del crédito bancario y la falta de expectativas de ventas futuras, incluida la construcción, que sigue con su prolongado ajuste en sus dos componentes: obra pública y vivienda. Precisamente esta semana el INE publicó los datos de contratación de hipotecas del año 2012. Tras 32 meses de caídas continuadas, los resultados de 2012 vuelven a ser malos. Con respecto a 2011 el mercado se contrajo un 33% en lo que al número de operaciones se refiere y un 38% en términos del dinero prestado. Desde una perspectiva más amplia en 2012 el valor total de lo prestado en forma de hipotecas fue de 28.349 millones de euros, siete veces menos que los 188.339 millones que se prestaron por este concepto en el año 2006.
3) El gasto de las Administraciones Públicas también se reduce en el cuarto trimestre: un 0,3% con respecto al tercero; se trata de una caída muy inferior a la que se produjo en el tercer trimestre (-2,5%) y también mucho menor que el de los otros componentes de la demanda interna analizados más arriba. El dato, aunque va en la buena dirección, sorprende un poco teniendo en cuenta que es necesario contraer más el gasto público con el fin de acercarse a los objetivos de déficit público acordados con Bruselas.
En resumen, las importantes ganancias de competitividad (reducción de costes, también de los costes laborales) que se están produciendo en la economía española están siendo un factor clave para que el sector exterior siga siendo el motor de la salida de la crisis. Un reflejo de esas ganancias son los aumentos de la productividad. Con los datos de Contabilidad Nacional publicados el jueves podemos concluir que en los últimos cinco años el PIB español acumuló un retroceso del 6,5%, mientras que la destrucción de empleo en ese periodo fue mucho mayor: un 17,2%. Esto significa que en los últimos cinco años se ha producido un incremento de la productividad aparente del trabajo del 11%.
Estamos en el camino correcto ya que el buen comportamiento de las exportaciones de bienes y servicios va a permitir que durante 2013 la economía española pueda generar un holgado superávit con el exterior (por cuenta corriente) lo que significaría que el conjunto de los hogares, las empresas y el sector público ingresarían más de lo que gastan. Y este aumento del ahorro nacional permitirá ir devolviendo con más rapidez la deuda contraída durante la fase expansiva del ciclo con el resto del mundo.
Reanimar el consumo
Sin embargo, hay que considerar que el aumento de las exportaciones es una condición necesaria pero no suficiente para la recuperación económica. De ahí que si queremos recuperar el crecimiento económico y la creación de empleo antes o después habrá que reanimar el consumo privado, que representa el 58% del PIB. Y en este sentido es necesario que tanto el Gobierno como las autoridades supranacionales se planteen aplicar cuanto antes una reducción de impuestos que pueda revitalizar la economía. Mientras tanto el dinamismo de la demanda externa seguirá siendo el único motor del crecimiento.
Fuente: Rafael Pampillón Olmedo. «La necesaria recuperación económica«. Expansión 2 de marzo de 2013. Página 47.
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