Como se esperaba, fruto del adelanto de compras antes de la subida del IVA, la economía española moderó su ritmo de deterioro en el 3T12 y el PIB se contrajo un 0,3% trimestral, una décima menos que en los dos trimestres anteriores. En tasa interanual la caída fue del 1,6%, la mayor en casi tres años. Dentro de la demanda interna, que detrajo 1,1 puntos al crecimiento del PIB (-1,3 en el trimestre anterior), el mejor comportamiento del consumo de los hogares y de la inversión, especialmente en bienes de equipo (+0,6% trimestral), compensó el intenso ajuste del gasto público.
En cuanto a la demanda externa, su aportación al crecimiento trimestral se estabiliza en niveles próximos a un punto porcentual, gracias, sobre todo, al notable empuje de las exportaciones (+4,8% trimestral), tanto de servicios (+4,2%), aprovechando el tirón del turismo, como de bienes (+5,2%), donde destaca el dinamismo de las ventas a los destinos extracomunitarios.
Por el lado de la oferta, el sector constructor sigue siendo el gran damnificado de la actual crisis: en el trimestre cayó al mayor ritmo desde finales de 2009 (-9,6% interanual) y acumula un descenso desde máximos cercano al 35%. La industria y los servicios también mantienen una senda contractiva, pero mucho más moderada, con descensos del 3% y del 0,5%, respectivamente. En cuanto al empleo, continúa siendo el punto más negativo de los últimos años. El ajuste acumulado triplica al de la producción (-15,8% vs -5,7%) y se ha reducido ya hasta niveles de hace una década.
Como aspectos positivos, destacan (i) la fuerte contención de los costes laborales (-3% interanual), lo que se traduce en la necesaria recuperación de la competitividad, un factor clave, dado que, ante la debilidad de la demanda interna, la salida de la crisis debe apoyarse en el sector exterior, (ii) la mejoría de la productividad, que en lo que va de año está creciendo por encima del 3% y (iii) el importante ajuste que empieza a producirse en el consumo público (-2,4% trimestral).
Sin embargo, la relativa mejoría del 3T12 es puntual y no supone un cambio de tendencia en la actual recesión. En este sentido, es de esperar un significativo deterioro de la actividad en el último trimestre del año, debido a un intenso retroceso del gasto interno (i) tanto de los hogares, por el impacto de las subidas impositivas, la destrucción de empleo y los intensos recortes salariales, (ii) como público, por la necesidad de alcanzar los objetivos fiscales pactados con Bruselas. Habrá que esperar al menos hasta el verano del año que viene para percibir una estabilización de la actividad y, para ello, será necesario reducir de manera apreciable los actuales costes de financiación.
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