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    [post_content] => Se han cumplido 5 años desde que la economía española marcó su máximo histórico de empleo. Efectivamente en el tercer trimestre de 2007, España ocupaba a más de 20,5 millones de personas. Por lo que se puede situar ese tercer trimestre de 2007 como el momento culminante de la fase expansiva del ciclo económico. A partir de entonces la situación de la economía española y del mercado de trabajo se ha ido deteriorando hasta el día de hoy.

Economy Weblog

Este deterioro del mercado de trabajo tiene su causa en la crisis económica, provocada en parte por la fuerte expansión del sector de la construcción y en la consiguiente burbuja inmobiliaria que comenzó a mostrar su impacto negativo sobre el mercado de trabajo en el cuarto trimestre de 2007. A ello se debe unir las malas políticas económicas aplicadas por los gobiernos de Zapatero, entre otras la incapacidad de hacer la reforma laboral que necesitaba España.

La evolución del mercado de trabajo español en estos 5 últimos años se puede analizar a través de la evolución de las cifras de paro y empleo  que suministra la Encuesta de Población Activa (EPA). El viernes se publicó la EPA del tercer trimestre de este año: el número de parados, en el conjunto del tercer trimestre, se situó en los 5,8 millones de personas, 4 millones más que los contabilizados el tercer trimestre de 2007 cuando la cifra no llegaba a los 1,8 millones. Con respecto al segundo trimestre del año, en el tercer trimestre el desempleo, ha crecido en 85.000 personas, lo que ha elevado la tasa de paro por encima del umbral “psicológico” del 25%.

La destrucción de empleo

Por otro lado el volumen total de ocupados, que como hemos indicado superaba en el tercer trimestre de 2007 los 20,5 millones, se redujo en el tercer trimestre hasta los 17,3 millones (es el menor nivel de ocupación desde 2003). Lo que supone una destrucción de empleo de 3,2 millones a lo largo de la crisis.

Con respecto al segundo trimestre de este año, el tercero se ha saldado también con más destrucción de empleo, 96.900 personas. Es el segundo peor “tercer trimestre” desde que se inició la crisis.

 ¿Y dónde se localiza el empleo destruido? 

En los tres últimos trimestres se ha ido acelerando la pérdida de empleo en el sector público, como consecuencia de la reducción del gasto público que se está realizando en las Administraciones Públicas (especialmente en las Comunidades Autónomas) con el fin de reducir los niveles de déficit. Así, de los 96.900 ocupados menos en el trimestre, el 51% (49.400) son empleos perdidos en el sector público. En el conjunto de las autonomías, desde principios de año, los ajustes de plantillas ascienden a 90.000 personas. En el caso de los ayuntamientos, el ajuste en los tres primeros trimestres de 2012, fue de 50.800 ocupados menos. Sin embargo, es preciso recordar que desde principios de la crisis, a comienzos de 2008, y durante los tres años y medio posteriores, siguió aumentando el empleo público en 350.000 personas de 2,9 millones a 3,2 y que sólo se ha empezado reducir en los tres últimos trimestres.

Desgraciadamente y por razones estacionales se espera que en este 4º trimestre la ocupación se vuelva a reducir y el número de parados vuelva a aumentar. Y en el primer trimestre de 2014 la situación será todavía peor: el número de parados superará los 6 millones de personas y la ocupación se reducirá hasta los 17 millones: tres millones y medio menos de empleos que el máximo del tercer trimestre de 2007.

Disminuyen los activos         

La EPA también confirma la tendencia iniciada en el segundo trimestre del año pasado de reducción del número de activos. En el tercer trimestre se ha vuelto a reducir el número de activos entre los hombres (-18.700) y extranjeros (-55.500), es decir, hay menos personas que tienen trabajo (ocupados) y también menos que buscan trabajo. Sigue aumentando, por tanto, el número de personas que 1) se establecen en la economía sumergida, 2) se quieren formar mejor para adaptarse a las nuevas demandas del mercado laboral, 3) se repliegan a sus hogares para hacer tareas domésticas, 4) pierden su trabajo y, dadas las malas perspectivas, se desaniman hasta el punto de que no buscan un nuevo empleo y 5) abandonan el país y buscan trabajo en el extranjero (en el tercer trimestre la población extranjera mayor de 15 años se redujo en 47.600 personas).

Conclusión

La Encuesta de Población Activa publicada ayer confirma que la economía española es una máquina de destrucción masiva de empleo. En un trimestre tradicionalmente favorable al empleo se han perdido 97.000 puestos de trabajo y durante los últimos 12 meses 836.000. En los próximos trimestres también esperamos menos empleo público y privado no solo por la contracción de la economía y el ajuste del sector público sino también porque aunque la economía volviese a crecer, y lo hará antes o después, el empleo no crecerá al mismo ritmo que la economía, ya que España se dirige hacia un modelo productivo más intensivo en capital y tecnología que en mano de obra.

Reforma laboral

De ahí que para facilitar la asignación más eficiente del trabajo es necesario que se dé una nueva reforma del mercado de trabajo. Un mercado laboral que genera un excedente (desempleo) de 6 millones de personas funciona muy mal y es preciso seguir reformándolo. Es necesario reducir los tipos de contratación hasta que se llegue a un único contrato de trabajo, acortar los meses las prestaciones por desempleo, eliminar el salario mínimo (Alemania no lo tiene), profundizar más en políticas activas que ayuden a conseguir más empleabilidad, facilitar la movilidad geográfica y funcional y por último facilitar la emigración. En este sentido el Gobierno deberá orientar a nuestros parados hacia caladeros nacionales y extranjeros donde puedan pescar puestos de trabajo.

Fuente: Rafael Pampillón. “Cinco años de destrucción de empleo”. Expansión. 27 de octubre de 2012. Página 43
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28
Oct
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Economy Weblog

Este deterioro del mercado de trabajo tiene su causa en la crisis económica, provocada en parte por la fuerte expansión del sector de la construcción y en la consiguiente burbuja inmobiliaria que comenzó a mostrar su impacto negativo sobre el mercado de trabajo en el cuarto trimestre de 2007. A ello se debe unir las malas políticas económicas aplicadas por los gobiernos de Zapatero, entre otras la incapacidad de hacer la reforma laboral que necesitaba España.

La evolución del mercado de trabajo español en estos 5 últimos años se puede analizar a través de la evolución de las cifras de paro y empleo  que suministra la Encuesta de Población Activa (EPA). El viernes se publicó la EPA del tercer trimestre de este año: el número de parados, en el conjunto del tercer trimestre, se situó en los 5,8 millones de personas, 4 millones más que los contabilizados el tercer trimestre de 2007 cuando la cifra no llegaba a los 1,8 millones. Con respecto al segundo trimestre del año, en el tercer trimestre el desempleo, ha crecido en 85.000 personas, lo que ha elevado la tasa de paro por encima del umbral “psicológico” del 25%.

La destrucción de empleo

Por otro lado el volumen total de ocupados, que como hemos indicado superaba en el tercer trimestre de 2007 los 20,5 millones, se redujo en el tercer trimestre hasta los 17,3 millones (es el menor nivel de ocupación desde 2003). Lo que supone una destrucción de empleo de 3,2 millones a lo largo de la crisis.

Con respecto al segundo trimestre de este año, el tercero se ha saldado también con más destrucción de empleo, 96.900 personas. Es el segundo peor “tercer trimestre” desde que se inició la crisis.

 ¿Y dónde se localiza el empleo destruido? 

En los tres últimos trimestres se ha ido acelerando la pérdida de empleo en el sector público, como consecuencia de la reducción del gasto público que se está realizando en las Administraciones Públicas (especialmente en las Comunidades Autónomas) con el fin de reducir los niveles de déficit. Así, de los 96.900 ocupados menos en el trimestre, el 51% (49.400) son empleos perdidos en el sector público. En el conjunto de las autonomías, desde principios de año, los ajustes de plantillas ascienden a 90.000 personas. En el caso de los ayuntamientos, el ajuste en los tres primeros trimestres de 2012, fue de 50.800 ocupados menos. Sin embargo, es preciso recordar que desde principios de la crisis, a comienzos de 2008, y durante los tres años y medio posteriores, siguió aumentando el empleo público en 350.000 personas de 2,9 millones a 3,2 y que sólo se ha empezado reducir en los tres últimos trimestres.

Desgraciadamente y por razones estacionales se espera que en este 4º trimestre la ocupación se vuelva a reducir y el número de parados vuelva a aumentar. Y en el primer trimestre de 2014 la situación será todavía peor: el número de parados superará los 6 millones de personas y la ocupación se reducirá hasta los 17 millones: tres millones y medio menos de empleos que el máximo del tercer trimestre de 2007.

Disminuyen los activos         

La EPA también confirma la tendencia iniciada en el segundo trimestre del año pasado de reducción del número de activos. En el tercer trimestre se ha vuelto a reducir el número de activos entre los hombres (-18.700) y extranjeros (-55.500), es decir, hay menos personas que tienen trabajo (ocupados) y también menos que buscan trabajo. Sigue aumentando, por tanto, el número de personas que 1) se establecen en la economía sumergida, 2) se quieren formar mejor para adaptarse a las nuevas demandas del mercado laboral, 3) se repliegan a sus hogares para hacer tareas domésticas, 4) pierden su trabajo y, dadas las malas perspectivas, se desaniman hasta el punto de que no buscan un nuevo empleo y 5) abandonan el país y buscan trabajo en el extranjero (en el tercer trimestre la población extranjera mayor de 15 años se redujo en 47.600 personas).

Conclusión

La Encuesta de Población Activa publicada ayer confirma que la economía española es una máquina de destrucción masiva de empleo. En un trimestre tradicionalmente favorable al empleo se han perdido 97.000 puestos de trabajo y durante los últimos 12 meses 836.000. En los próximos trimestres también esperamos menos empleo público y privado no solo por la contracción de la economía y el ajuste del sector público sino también porque aunque la economía volviese a crecer, y lo hará antes o después, el empleo no crecerá al mismo ritmo que la economía, ya que España se dirige hacia un modelo productivo más intensivo en capital y tecnología que en mano de obra.

Reforma laboral

De ahí que para facilitar la asignación más eficiente del trabajo es necesario que se dé una nueva reforma del mercado de trabajo. Un mercado laboral que genera un excedente (desempleo) de 6 millones de personas funciona muy mal y es preciso seguir reformándolo. Es necesario reducir los tipos de contratación hasta que se llegue a un único contrato de trabajo, acortar los meses las prestaciones por desempleo, eliminar el salario mínimo (Alemania no lo tiene), profundizar más en políticas activas que ayuden a conseguir más empleabilidad, facilitar la movilidad geográfica y funcional y por último facilitar la emigración. En este sentido el Gobierno deberá orientar a nuestros parados hacia caladeros nacionales y extranjeros donde puedan pescar puestos de trabajo.

Fuente: Rafael Pampillón. “Cinco años de destrucción de empleo”. Expansión. 27 de octubre de 2012. Página 43
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Economy Weblog

Este deterioro del mercado de trabajo tiene su causa en la crisis económica, provocada en parte por la fuerte expansión del sector de la construcción y en la consiguiente burbuja inmobiliaria que comenzó a mostrar su impacto negativo sobre el mercado de trabajo en el cuarto trimestre de 2007. A ello se debe unir las malas políticas económicas aplicadas por los gobiernos de Zapatero, entre otras la incapacidad de hacer la reforma laboral que necesitaba España.

La evolución del mercado de trabajo español en estos 5 últimos años se puede analizar a través de la evolución de las cifras de paro y empleo  que suministra la Encuesta de Población Activa (EPA). El viernes se publicó la EPA del tercer trimestre de este año: el número de parados, en el conjunto del tercer trimestre, se situó en los 5,8 millones de personas, 4 millones más que los contabilizados el tercer trimestre de 2007 cuando la cifra no llegaba a los 1,8 millones. Con respecto al segundo trimestre del año, en el tercer trimestre el desempleo, ha crecido en 85.000 personas, lo que ha elevado la tasa de paro por encima del umbral “psicológico” del 25%.

La destrucción de empleo

Por otro lado el volumen total de ocupados, que como hemos indicado superaba en el tercer trimestre de 2007 los 20,5 millones, se redujo en el tercer trimestre hasta los 17,3 millones (es el menor nivel de ocupación desde 2003). Lo que supone una destrucción de empleo de 3,2 millones a lo largo de la crisis.

Con respecto al segundo trimestre de este año, el tercero se ha saldado también con más destrucción de empleo, 96.900 personas. Es el segundo peor “tercer trimestre” desde que se inició la crisis.

¿Y dónde se localiza el empleo destruido?

En los tres últimos trimestres se ha ido acelerando la pérdida de empleo en el sector público, como consecuencia de la reducción del gasto público que se está realizando en las Administraciones Públicas (especialmente en las Comunidades Autónomas) con el fin de reducir los niveles de déficit. Así, de los 96.900 ocupados menos en el trimestre, el 51% (49.400) son empleos perdidos en el sector público. En el conjunto de las autonomías, desde principios de año, los ajustes de plantillas ascienden a 90.000 personas. En el caso de los ayuntamientos, el ajuste en los tres primeros trimestres de 2012, fue de 50.800 ocupados menos. Sin embargo, es preciso recordar que desde principios de la crisis, a comienzos de 2008, y durante los tres años y medio posteriores, siguió aumentando el empleo público en 350.000 personas de 2,9 millones a 3,2 y que sólo se ha empezado reducir en los tres últimos trimestres.

Desgraciadamente y por razones estacionales se espera que en este 4º trimestre la ocupación se vuelva a reducir y el número de parados vuelva a aumentar. Y en el primer trimestre de 2014 la situación será todavía peor: el número de parados superará los 6 millones de personas y la ocupación se reducirá hasta los 17 millones: tres millones y medio menos de empleos que el máximo del tercer trimestre de 2007.

Disminuyen los activos        

La EPA también confirma la tendencia iniciada en el segundo trimestre del año pasado de reducción del número de activos. En el tercer trimestre se ha vuelto a reducir el número de activos entre los hombres (-18.700) y extranjeros (-55.500), es decir, hay menos personas que tienen trabajo (ocupados) y también menos que buscan trabajo. Sigue aumentando, por tanto, el número de personas que 1) se establecen en la economía sumergida, 2) se quieren formar mejor para adaptarse a las nuevas demandas del mercado laboral, 3) se repliegan a sus hogares para hacer tareas domésticas, 4) pierden su trabajo y, dadas las malas perspectivas, se desaniman hasta el punto de que no buscan un nuevo empleo y 5) abandonan el país y buscan trabajo en el extranjero (en el tercer trimestre la población extranjera mayor de 15 años se redujo en 47.600 personas).

Conclusión

La Encuesta de Población Activa publicada ayer confirma que la economía española es una máquina de destrucción masiva de empleo. En un trimestre tradicionalmente favorable al empleo se han perdido 97.000 puestos de trabajo y durante los últimos 12 meses 836.000. En los próximos trimestres también esperamos menos empleo público y privado no solo por la contracción de la economía y el ajuste del sector público sino también porque aunque la economía volviese a crecer, y lo hará antes o después, el empleo no crecerá al mismo ritmo que la economía, ya que España se dirige hacia un modelo productivo más intensivo en capital y tecnología que en mano de obra.

Reforma laboral

De ahí que para facilitar la asignación más eficiente del trabajo es necesario que se dé una nueva reforma del mercado de trabajo. Un mercado laboral que genera un excedente (desempleo) de 6 millones de personas funciona muy mal y es preciso seguir reformándolo. Es necesario reducir los tipos de contratación hasta que se llegue a un único contrato de trabajo, acortar los meses las prestaciones por desempleo, eliminar el salario mínimo (Alemania no lo tiene), profundizar más en políticas activas que ayuden a conseguir más empleabilidad, facilitar la movilidad geográfica y funcional y por último facilitar la emigración. En este sentido el Gobierno deberá orientar a nuestros parados hacia caladeros nacionales y extranjeros donde puedan pescar puestos de trabajo.

Fuente: Rafael Pampillón. “Cinco años de destrucción de empleo”. Expansión. 27 de octubre de 2012. Página 43

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