El Fodo Monetario Internacional (FMI) ha revisado a la baja sus previsiones, respecto a septiembre de 2011, para el crecimiento mundial en 0,7 p.p., hasta el 3,3%, para 2012 y en 0,6 p.p., hasta el 3,9%, para 2013. Pese a la cuantía de la revisión, advierte que los riesgos siguen estando concentrados a la baja: los principales focos de incertidumbre vuelven a ser la crisis soberana de la Eurozona (UEM) y la debilidad del sistema financiero.
El crecimiento de las economías desarrolladas podría situarse en el 1,2% en 2012, 0,7 p.p. por debajo de sus previsiones de septiembre de 2011. La mayor parte de la revisión se concentra en la UEM, donde se espera ahora una recesión y, de nuevo, un comportamiento muy heterogéneo por países. El deterioro para el resto de principales economías es mucho menos significativo y asociado al menor avance de los países europeos.
Gráfico: Crecimiento para 2011 y previsiones para 2012 del FMI y del Banco Mundial
1) La Eurozona (UEM) entrará en una suave recesión en el primer semestre de este año y se contraerá un 0,5% en media de 2012, lo que supone una revisión de 1,6 p.p. respecto a las previsiones anteriores. Esta fuerte revisión se explica, principalmente, por
(i) el repunte en las primas de riesgo;
(ii) los efectos del desapalancamiento del sistema financiero sobre la economía real; y
(iii) las medidas de ajuste fiscal adicional anunciadas por algunos países miembros. Además, el FMI prevé una recuperación muy suave en 2013 y estima un crecimiento medio de apenas un +0,8%.
España
Como era de esperar, las revisiones más significativas se producen en las economías periféricas de la UEM. Mención especial merece el caso de España, donde espera que la economía permanezca en recesión tanto en 2012 como en 2013 (recorta su previsión en 2,8 p.p. y en 2,1 p.p., respectivamente). Se trata de la revisión más severa entre los países considerados por el FMI en esta actualización. También se ve afectada negativamente la previsión para Alemania (0,3% en 2012, frente a 1,3% anterior), aunque volverá a diferenciarse positivamente dentro de la región.
2) En EEUU, el posible impacto de la recesión europea por la vía financiera podría verse contrarrestado por la tendencia positiva de su demanda interna en los últimos trimestres, por lo que mantiene intacta su previsión anterior para 2012 en el 1,8%, aunque la reduce en el caso de 2013 (2,2% vs 2,5% anterior).
3) Las economías emergentes sufren el mayor recorte de previsiones de los últimos años, ya que terminarán acusando el deterioro del contexto internacional y el enfriamiento de la demanda interna en economías claves (China sería el caso más relevante). No obstante, en general, conservarán ritmos de crecimiento dinámicos: en media, un 5,4% estimado para 2012 y 5,9% para 2013 (en ambos casos, por encima de su media de largo plazo).
Asia emergente seguirá siendo la zona más dinámica (7,3% en 2012 y 7,8% en 2013) si bien las previsiones para China sufren un ajuste destacable: -0,8 p.p. en 2012, hasta 8,2%, y -0,7 p.p. en 2013, hasta 8,8%.
América Latina presenta el recorte de previsiones menos pronunciado (-0,4 p.p. en 2012 hasta 3,6% y -0,2% en 2013 hasta 3,9%), aunque las tasas de crecimiento volverán a ser mucho más modestas que en Asia. La resistencia de México (3,5% en 2012 y 2013, sin apenas revisión) compensa, en parte, el recorte en Brasil (-0,6 p.p. en 2012, hasta 3,0%, y -0,2% en 2013, hasta 4,0%).
Europa emergente es la región que sufre la revisión más acusada, debido a su elevada exposición a la UEM: -1,6 p.p. en 2012, hasta 1,1%, y -1,1 p.p. en 2013, hasta 2,4%.
El FMI vuelve a insistir en que hay riesgos para que este escenario empeore:
1) El más inmediato sería el posible impacto negativo sobre la economía real de (i) las tensiones en la deuda soberana y (ii) las dificultades de financiación por parte de las entidades financieras europeas.
2) También destaca su preocupación por la falta de progreso en los planes de consolidación fiscal de medio plazo en Japón y EEUU. Sin embargo, al mismo tiempo, alerta de que, a corto plazo, una política demasiado restrictiva en EEUU puede derivar en un grave deterioro para el escenario actual.
3) En lo que respecta a las economías emergentes, los riesgos se concentran en torno a la posibilidad de un “aterrizaje brusco” de la actividad en aquellas economías que han experimentado un boom crediticio y del sector residencial en los últimos años (China se encontraría en el punto de mira).
4) Por último, el actual episodio de inestabilidad en el estrecho de Ormuz han vuelto a despertar los temores sobre los riesgos geopolíticos asociados a la oferta energética. Otra escalada de los precios del petróleo podría “dar la puntilla” a un ciclo global excepcionalmente vulnerable.
¿Como se dben realizar los ajustes fiscales?
Sin embargo, lo más interesante por lo que nos atañe es el análisis realizado sobre los procesos de consolidación fiscal. La mayoría de las economías desarrolladas tiene previsto seguir avanzando en este proceso a lo largo de 2012. No obstante, una consolidación demasiado rápida podría intensificar los riesgos a la baja. Hay que vigilar la velocidad de ajuste en el corto plazo y priorizar la consolidación fiscal en el medio plazo: no todos los países necesitan realizar el mismo tipo de esfuerzos (ni en plazo ni en intensidad). De hecho, en aquellos países donde aún hay cierto margen fiscal y no existen dificultades de financiación, en caso de debilitamiento económico, deberían dejarse actuar los estabilizadores automáticos, de tal forma que los ajustes sean compatibles con el crecimiento y el empleo.
En este sentido, el economista jefe del FMI (Olivier Blanchard) advirtió que “el ajuste fiscal debe ser un maratón, no un sprint”. O, lo que es lo mismo, hay que incidir en el déficit estructural y, por tanto, dosificar el endurecimiento fiscal teniendo en cuenta la coyuntura económica. Y, sobre todo, incidir en reformas de oferta que puedan aumentar la capacidad de crecimiento potencial a medio plazo. Es importante avanzar en el diseño de un nuevo marco fiscal que evite los desajustes que han originado la crisis, pero la mejora de la solvencia sólo puede venir de un retorno al crecimiento. Y, eso lo van a demandar los mercados antes de lo que pensamos.
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