Como ya hizo el Banco Mundial, el FMI cargó ayer las tintas sobre los políticos, por la atonía de su respuesta, particularmente en Europa, frente a la urgencia del momento económico.
En su informe bianual sobre la Estabilidad Financiera Global el FMI destaca una agudización sustancial de los riesgos en la estabilidad financiera mundial, que exige de inmediato un respaldo político amplio para afianzar lo suficiente la estabilidad macrofinanciera, y recuperar la confianza de los mercados.
Lo cierto es que, más allá de los evidentes límites en los decisores políticos, este prolongado episodio de crisis económica está poniendo a prueba los límites de la propia política económica convencional. Así, en cuanto a la política fiscal, el FMI viene insistiendo en las últimas semanas en la necesidad de compatibilizar los estímulos fiscales a corto plazo, que permitan sostener la recuperación, con la consolidación fiscal a largo plazo, que permita sostener la confianza.
Del mismo modo, en lo que respecta a la política monetaria, el informe publicado ayer por el FMI advierte que el bajo nivel de las tasas de política monetaria, pese a ser necesario en las actuales condiciones, puede acarrear amenazas a más largo plazo para la estabilidad financiera. Difícil encrucijada.
Fuente: Javier Carrillo. Encrucijada Política. ABC del 22 de septiembre, página 33.
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