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cara y cruz de los eurobonos

Escrito el 19 septiembre 2011 por Patricia Gabaldón en Política fiscal, Unión Europea

Toda crisis es un riesgo y una oportunidad. El debate actual sobre la emisión de eurobonos puede convertirse en una verdadera oportunidad para la Unión Monetaria Europea en el proceso de cohesión de los países que la integran. A pesar de que el Pacto de Estabilidad y Crecimiento estableció las bases para la integración fiscal de los países pertenecientes a la Unión, la realidad es que estamos lejos de esa integración. Sin embargo, las medidas fiscales llevadas a cabo por los países miembros han sido muy similares, incluso procediendo de diferentes Gobiernos y partidos políticos. Y en medio de estas medidas, casi globales de reducción y control del gasto público, los problemas de financiación aparecen con mayor fuerza, ya que los gobiernos ven crecer de manera imparable su propio stock de deuda, creando aun más incertidumbre sobre esos bonos nacionales.

Foto: reunión del BCE

¿Qué es un eurobono?

La emisión de eurobonos propuesta por Durao Barroso es una opción factible que tiene que ser planteada en toda su extensión. Todos andamos estos días preguntándonos cuales son las implicaciones de la emisión de los eurobonos. ¿Qué es un eurobono? Un eurobono es un instrumento de deuda común para los países del euro. Básicamente se trata de deuda garantizada de manera conjunta por todos los países de la zona euro, no de forma individual por cada Estado. La principal diferencia con la estructura de deuda actual es la reducción en los niveles de desconfianza de los mercados. Actualmente existe una gran desconfianza sobre la deuda emitida por países periféricos por su potencial riesgo de impago, pero no sucede lo mismo en países como Alemania.

Compartir riesgos

La emisión de eurobonos permitiría compartir el riesgo, y al mismo tiempo, reduciría el pago global de intereses por esta deuda y los costes de financiación. Sin embargo, esta decisión implica en el medio plazo decisiones estructurales mucho más profundas, y avances en el proceso de integración política y fiscal dentro de la Unión Monetaria Europea. Estaríamos hablando de la necesidad de crear algo similar a un Tesoro Único para los países de la zona euro. Se trataría de una caja común, emisora de deuda y receptora de ingresos, por parte de los diferentes países, y que sería responsable de los problemas de financiación a nivel comunitario y de los posibles impagos de deuda. Esta institución ayudaría definitivamente a reducir la presión sobre las deudas de los países periféricos, lo que facilitaría la salida de la crisis. Una especie de Plan Brady europeo, como han comentado varios analistas.

Un Tesoro único para la Eurozona

La creación de un Tesoro Único europeo se puede convertir en ese primer reto, y con él avanzaríamos un paso más en el objetivo de la armonización fiscal. La principal ventaja es que si todos los países de la zona euro aportan a esta caja común, tendrán la posibilidad de reactivar sus economías con medidas fiscales. Esto se podría llevar a cabo sin miedo a que se desequilibren sus estructuras comerciales y sean gravemente penalizados por los mercados. El riesgo de este proyecto es hacerlo demasiado rápido, ya que habría que dotarlo de adecuados mecanismos de control.

Conclusión

Salir de la crisis económica será complicado, pero la Unión Monetaria Europea tiene en sus manos un as que aún no ha mostrado. Los eurobonos permitirán avanzar en el proceso de integración europea, y harán que nuestra unión sea más fuerte, ya que existirán mecanismos de ayuda centrales en caso de necesidad, o lo que es lo mismo, la figura de un avalista cuando hace falta. Obviamente, los eurobonos no solucionarán los problemas más urgentes, ni harán que el pánico desaparezca inmediatamente de los mercados. El problema seguirá ahí. Los países del Sur de Europa necesitan recuperar competitividad frente al resto de la eurozona, y eso implica fuertes medidas de austeridad y reformas estructurales políticamente arriesgadas. No obstante, los eurobonos, como mecanismo de rescate, es una herramienta más para calmar las aguas cuando sea necesario, y además, es un empujón para progresar en los mecanismos de gobernanza y solidaridad europea. La oportunidad está en conseguir este avance. El riesgo está en no hacerlo bien.

Fuente: Patricia Gabaldón. Publicado por El Mundo, especial Mercados, el 18/09/2011.

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