WP_Post Object ( [ID] => 10623 [post_author] => 28817 [post_date] => 2011-06-08 09:23:29 [post_date_gmt] => 2011-06-08 07:23:29 [post_content] => Elevado protagonismo para América Latina el fin de semana pasado, ante la reñida convocatoria electoral en Perú, que ha terminado con la victoria de Ollanta Humala por un escaso margen de votos (51,1% frente a 48,9%), aunque en estos momentos todavía no se ha escrutado el 100% de las papeletas. Precisamente Perú ha sido uno de los países de la región con mejor desempeño económico en la última década, aún con algunos puntos débiles como la desequilibrada distribución de la renta, lo que explicaría la victoria de Humala. En este contexto, no está de más repasar las perspectivas económicas de la región, con mención especial para Brasil (ver cuadro). Para el conjunto de la región se dibuja un escenario de relativa continuidad a corto y medio plazo, en el que los diferenciales de crecimiento entre países previsiblemente se irán reduciendo. 1) El grupo más dinámico seguirá formado por los países del cono sur, destacando principalmente, Perú y Chile. Su especialización en la explotación y comercio de materias primas les permitió beneficiarse de la subida de sus precios durante 2010. Sin embargo, es previsible que su crecimiento se modere en los próximos meses, ya que la desaceleración que empieza a mostrar China (principal demandante de materias primas) está reduciendo la presión sobre los precios, agotando el impacto positivo que obtenían por esta vía. La excepción la encontramos en Venezuela que, pese a ser el mayor productor de crudo de la región, no logró salir de la recesión en 2010 y apenas superará un crecimiento del 1% este año. 2) En el grupo de los rezagados se encuentra México (ver cuadro), que ya decepcionó en el 1T11 al avanzar solo un 0,5% trimestral (la mitad que el trimestre anterior), y se ha mostrado incapaz de recuperar los niveles previos a la crisis hasta este 1T11. Además, es probable que ya haya alcanzado el máximo de su ciclo: su elevada dependencia de EEUU le hace muy vulnerable a un nuevo cambio en su coyuntura (las previsiones de crecimiento para Estados Unidos se han venido revisando a la baja recurrentemente en los últimos meses). A esto hay que sumar que México se encuentra inmerso en un proceso de consolidación fiscal con el que pretende obtener equilibrio presupuestario en 2012. 3) En cuanto a Brasil, el viernes conocimos que el PIB volvió a acelerarse en el 1T11, confirmándose como una de las economías más sólidas de la región: 5,3% trimestral anualizado, tras el 3,0% anterior. De nuevo ha sido la demanda interna el motor de la economía, gracias al vigor que sigue mostrando el consumo privado y al empuje de la inversión. Esta será una de las partidas más dinámicas en los próximos años, por los proyectos en infraestructuras puestos en marcha para acoger los acontecimientos deportivos de 2014 y 2016. Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta Brasil es el recalentamiento de su economía: la inflación supera los límites impuestos por el banco central (6,5% en abril), la divisa sigue cerca de valores máximos frente al dólar, la oferta monetaria crece a un ritmo muy dinámico (casi un 20% interanual en el 1T11), se han aprobado fuertes subidas en los salarios (en algunos sectores están creciendo a tasas de dos dígitos) y el déficit corriente está ampliándose (-2,5% del PIB estimado para 2011). Para corregir estos desequilibrios, Brasil está actuando, principalmente, en el ámbito monetario, complementándolo, recientemente, con iniciativas macroprudenciales. Pese al escenario de tibia desaceleración que se anticipa por la aplicación de las medidas restrictivas y por el enfriamiento global, Brasil seguirá siendo una de las economías más robustas de la región: estimamos un crecimiento en torno al 4,0% en 2011 y 2012. Además, hay que destacar la subida de un tramo en el rating de Fitch hasta BBB (desde BBB-) y la decisión de S&P de poner en perspectiva positiva la calificación de BBB-. [post_title] => Perspectivas económicas para América Latina [post_excerpt] => [post_status] => publish [comment_status] => open [ping_status] => open [post_password] => [post_name] => perspectivas-economicas-para-america-latina [to_ping] => [pinged] => [post_modified] => 2023-12-13 13:42:21 [post_modified_gmt] => 2023-12-13 12:42:21 [post_content_filtered] => [post_parent] => 0 [guid] => https://economy.blogs.ie.edu/?p=10623 [menu_order] => 0 [post_type] => post [post_mime_type] => [comment_count] => 7 [filter] => raw )
Elevado protagonismo para América Latina el fin de semana pasado, ante la reñida convocatoria electoral en Perú, que ha terminado con la victoria de Ollanta Humala por un escaso margen de votos (51,1% frente a 48,9%), aunque en estos momentos todavía no se ha escrutado el 100% de las papeletas. Precisamente Perú ha sido uno de los países de la región con mejor desempeño económico en la última década, aún con algunos puntos débiles como la desequilibrada distribución de la renta, lo que explicaría la victoria de Humala. En este contexto, no está de más repasar las perspectivas económicas de la región, con mención especial para Brasil (ver cuadro).
Para el conjunto de la región se dibuja un escenario de relativa continuidad a corto y medio plazo, en el que los diferenciales de crecimiento entre países previsiblemente se irán reduciendo.
1) El grupo más dinámico seguirá formado por los países del cono sur, destacando principalmente, Perú y Chile. Su especialización en la explotación y comercio de materias primas les permitió beneficiarse de la subida de sus precios durante 2010. Sin embargo, es previsible que su crecimiento se modere en los próximos meses, ya que la desaceleración que empieza a mostrar China (principal demandante de materias primas) está reduciendo la presión sobre los precios, agotando el impacto positivo que obtenían por esta vía. La excepción la encontramos en Venezuela que, pese a ser el mayor productor de crudo de la región, no logró salir de la recesión en 2010 y apenas superará un crecimiento del 1% este año.
2) En el grupo de los rezagados se encuentra México (ver cuadro), que ya decepcionó en el 1T11 al avanzar solo un 0,5% trimestral (la mitad que el trimestre anterior), y se ha mostrado incapaz de recuperar los niveles previos a la crisis hasta este 1T11. Además, es probable que ya haya alcanzado el máximo de su ciclo: su elevada dependencia de EEUU le hace muy vulnerable a un nuevo cambio en su coyuntura (las previsiones de crecimiento para Estados Unidos se han venido revisando a la baja recurrentemente en los últimos meses). A esto hay que sumar que México se encuentra inmerso en un proceso de consolidación fiscal con el que pretende obtener equilibrio presupuestario en 2012.
3) En cuanto a Brasil, el viernes conocimos que el PIB volvió a acelerarse en el 1T11, confirmándose como una de las economías más sólidas de la región: 5,3% trimestral anualizado, tras el 3,0% anterior. De nuevo ha sido la demanda interna el motor de la economía, gracias al vigor que sigue mostrando el consumo privado y al empuje de la inversión. Esta será una de las partidas más dinámicas en los próximos años, por los proyectos en infraestructuras puestos en marcha para acoger los acontecimientos deportivos de 2014 y 2016. Uno de los mayores problemas a los que se enfrenta Brasil es el recalentamiento de su economía: la inflación supera los límites impuestos por el banco central (6,5% en abril), la divisa sigue cerca de valores máximos frente al dólar, la oferta monetaria crece a un ritmo muy dinámico (casi un 20% interanual en el 1T11), se han aprobado fuertes subidas en los salarios (en algunos sectores están creciendo a tasas de dos dígitos) y el déficit corriente está ampliándose (-2,5% del PIB estimado para 2011). Para corregir estos desequilibrios, Brasil está actuando, principalmente, en el ámbito monetario, complementándolo, recientemente, con iniciativas macroprudenciales.
Pese al escenario de tibia desaceleración que se anticipa por la aplicación de las medidas restrictivas y por el enfriamiento global, Brasil seguirá siendo una de las economías más robustas de la región: estimamos un crecimiento en torno al 4,0% en 2011 y 2012. Además, hay que destacar la subida de un tramo en el rating de Fitch hasta BBB (desde BBB-) y la decisión de S&P de poner en perspectiva positiva la calificación de BBB-.
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