Inflación
El BCE ha respondido a las expectativas en su reunión de política monetaria de ayer al referirse a la necesidad de una «fuerte vigilancia» de los riesgos inflacionistas. Y ha venido a confirmar que una nueva subida de tipos de 0,25 puntos es altamente probable en la reunión de julio.
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También ha respondido en buena medida a las expectativas su decisión de prolongar un trimestre más (hasta principios de octubre) las subastas de liquidez a tipo fijo y con adjudicación ilimitada, razonable a la luz de la persistencia de dificultades en amplios sectores del sistema financiero. El mercado sigue anticipando, no sin fundamento, dos subidas de tipos más de 25 pb (incluida la de julio) hasta final de año, cuando el tipo de intervención se situaría en el 1,75%.
Reestructuración de la deuda griega
Hay que destacar, del turno de preguntas, el énfasis puesto por Trichet en que no apoyará ningún esquema para la deuda griega que no sea absolutamente voluntario.
El presidente del BCE ha sido rotundo al afirmar que no apoyará ninguna variante de reestructuración que no fuese absolutamente voluntaria. Esta claridad en el mensaje parece reducir la probabilidad de que salgan adelante las diversas propuestas de alargamiento de vencimientos que se han venido discutiendo públicamente en las últimas semanas. En principio ninguna de ellas parece aplicable sin algún grado de coacción, puesto que en estos momentos el mercado sólo está dispuesto a invertir en deuda griega a tasas inasumiblemente elevadas.
En consecuencia, las palabras de Trichet sugieren que la solución inmediata al problema griego deberá descansar fundamentalmente sobre un nuevo plan de rescate, mal que les pese a países como Alemania. La afirmación de Trichet de que el BCE no tiene intención de hacer un rollover de la deuda griega en su poder parece reducir aún más las posibilidades de una reestructuración «blanda». Es difícil imaginar que se lleve a cabo con la oposición del BCE.
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