El Fondo Monetario Internacional publicó el pasado martes 3 de mayo su informe bianual Perspectivas económicas: Las Américas, en esta ocasión bajo el cauteloso título “Atentos al sobrecalentamiento”. De acuerdo con el informe, los riesgos de sobrecalentamiento son evidentes en gran parte de América Latina, como resultado fundamentalmente de un crecimiento que, aunque más moderado que el año pasado, todavía se mantiene por encima de su tasa potencial en buena parte de sus economías. Se muestra particularmente pujante la demanda interna de la región, impulsada no solo por las favorables condiciones externas sino también por políticas macroeconómicas expansivas, que están normalizándose sólo gradualmente.
El informe alerta de que los indicios de sobrecalentamiento y los posibles excesos están surgiendo en varios ámbitos de estas economías:
(1) De acuerdo con el FMI, es necesario que las autoridades permanezcan atentas para garantizar que la reciente alza de los precios de los alimentos y la energía no se traslade a la inflación subyacente (para limitar “efectos de segunda ronda”). En su opinión, la política fiscal en general no ha estado respaldando a la política monetaria, y este año será importante desacelerar el crecimiento del gasto público. Algunos países han empezado a retirar el estímulo monetario, pero consideraciones cíclicas hacen necesario un aumento adicional de las tasas de interés.
(2) Debido a la fuerte demanda interna, los déficits en cuenta corriente están aumentando en muchos países de la región, incluso en los que se benefician del alza de precios de las materias primas. Dichos déficits todavía no son excesivos, pero será necesario contener su deterioro. La política fiscal también puede contribuir a este fin.
(3) El crecimiento del crédito se está acelerando en muchos países. Si bien los sistemas bancarios siguen siendo sólidos, el FMI sugiere que se debe seguir fortaleciendo la supervisión ya que el apalancamiento y los pasivos externos han aumentado en algunos países. Las empresas están recurriendo crecientemente al endeudamiento externo y los precios de ciertos activos comienzan a mostrar signos de una burbuja. Los países han seguido adoptando y reforzando las políticas macroprudenciales pero, en opinión del FMI, éstas no deberían utilizarse en reemplazo de los ajustes convencionales a la política macroeconómica.
El informe, que analiza en detalle los anteriores aspectos, concluye que los riesgos a la baja sobre las perspectivas mundiales ponen de manifiesto la necesidad de crear márgenes de maniobra en América Latina para la aplicación de políticas contracíclicas en el futuro y de tomar precauciones ante una eventual reversión de los flujos de capital.
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