En este blog hemos escrito mucho alabando el modelo alemán y la capacidad que ha tenido Alemania para salir de la crisis. Y es que en esta vacilante salida de la crsisi la economía alemana en conjunto presenta unos datos coyunturales mejores que el resto de países de la zona euro, en buena parte porque no cayó de lleno en el desenfreno inmobiliaria (Francia parece que tampoco), la experiencia de la crisis de los años 90, después de la caída del Muro, hizo transformar su economía a mediados de esa década haciéndola más intensivamente exportadora. En cambio cayó de bruces en la crisis financiera, y sus principales bancos fueron heridos y alguna entidad tuvo que pasar por la “morgue”.
Que Alemania ha sorteado la crisis mejor, no hay duda; que su especialización y alto nivel industrial le ha permitido compensar con exportaciones lo que su mercado interior no encaja debido a las congelaciones salariales desde los 90, también. Con datos publicados por Patrick Artus (Natixis CIB), Alemania ha mantenido una proporción en valor añadido bruto de las manufacturas superior a la del resto de la zona euro, también en número de empleados en porcentaje del total. El coste salarial unitario total se ha mantenido alrededor del del año 1999, toda una década, y desde 2009 no ha aumentado más de un 5%, mientras que en la zona euro sin Alemania ha crecido progresivamente hasta ser un 30% superior en los últimos años. Desde 1999, el crecimiento del salario real per cápita de Alemania se ha estancado.
(para ver mejor los datos puedes hacer click en el cuadro).
Además, el precio de las casas prácticamente no había variado en Alemania entre 1999 y 2010, mientras que en la zona euro se habían multiplicado por 2,5. Hay otros indicadores menos complacientes con la economía alemana, como una tasa de paro inversa a la de la zona euro, que entre 2003 y 2006 superaba el 9 por ciento, con un pico del 11 por ciento en 2005 . En 2010 estos datos se invirtieron. El paro de Alemania es ahora del 7% mientras que la media de la Eurozona está en el 10%. Sin embargo, algunos analistas, como Ferran Jaen, empiezan a pensar si no volverán a cambiar las tornas.
Una de las razones es que la confianza empresarial en Alemania, que se mide a través el índice IFO, empeoró ligeramente en abril, al descender hasta los 110,5 puntos desde los 111,1 puntos de marzo, con lo que suma su segunda caída mensual consecutiva. En febrero se alcanzó 111,3 puntos , el más elevado desde la reunificación alemana hace dos décadas.
Todo aprece indicar que ni los déficit públicos (ver cuadro) ni la consecuente crisis de la deuda (en los países periféricos de la Eurozona), ni la agitación en el mundo árabe, ni la subida de los precios de las materias primas, ni la catástrofe japonesa han tenido repercusiones negativas sobre las fábricas alemanas. Parece que las empresas alemanas siguen inmutables.
La economía alemana creció un 3,6% el año pasado y el The Economist cree que este año alcanzará el 2,7%. La economía de la eurozona creció un 1,7% el año pasado y el pronóstico de este año es también un 1,7%.
¿Seguirá Alemania siendo la locomotora de la Eurozona?
Fuente: http://www.naciodigital.cat/opinionacional/noticiaON/1728/alemanya/pero/potser/tant Dr. Ferran Jaén. Profesor titular Universidad de Vic
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