20011, será el año de Cuba. Efectivamente, en abril de este año que termina, Raúl Castro informó que sobraban más de un millón de trabajadores en el sector público de Cuba. Como consecuencia diseñó un plan para que entre octubre de 2010 y marzo de 2011, se estén despidiendo a 500 mil trabajadores estatales innecesarios que tendrán que buscarse la vida en el sector privado para poder vivir. Se trata de funcionarios subempleados que reducen y frenan la productividad del sector público, malgastan dinero del estado ya que no aportan casi ningún beneficio a la sociedad y cortan la iniciativa y la productividad de las personas laboriosas cuando se contagian por el mal ejemplo de esos trabajadores ociosos o que tienen baja productividad. Ha dicho Raúl que este subempleo es un cáncer para la economía cubana. Las plantillas infladas generan una pésima relación entre productividad y salario y se convierten además en una barrera para mejorar los niveles salariales de los trabajadores productivos.
El Estado cubano no puede seguir cargando con unos empleados que generan ineficiencia económica. A lo largo de la historia las dictaduras, especialmente las comunistas, para reducir el desempleo visible ha elevado el empleo público que no es otra cosa que desempleo oculto. Ahora con la crisis económica como las finanzas públicas cubanas no se sostienen hay que cortar parte de los empleos estatales aumentando el desempleo.
¿Qué solución hay al problema del desempleo?
Raúl Castro prometió que la Revolución no dejará desamparado a nadie, luchará por crear las condiciones para que todos los cubanos tengan empleos dignos, pero ahora no será el Estado el que se encargue de ubicar a cada uno de los parados. Ahora tendrán que ser los parados los que tendrán que buscarse trabajo en el sector privado para ganarse la vida. Raúl ha afirmado “que no podemos continuar gastando por encima de los ingresos ya que sería comernos el futuro y poner en riesgo la supervivencia misma de la Revolución.” El plan es que en tres años 1.800.000 cubanos, es decir, el 40% de los empleados que trabajan para el Estado, pasen al sector privado.
La iniciativa privada podría emplear a los desempleados y también mejorar la eficiencia, la productividad y el crecimiento económico de Cuba, lo cual a su vez generará empleo productivo. Se trataría de hacer convivir, como en el caso de China y Vietnam, el capital privado con las empresas públicas y la economía planificada. Se iniciaría así un proceso parecido al Periodo Especial de los años noventa consistente en una mayor apertura de la economía al exterior y también de mayor libertad para crear empresas que poco a poco irán sustituyendo a la economía planificada. Muchos problemas de la economía cubana pueden resolverse promoviendo el sector privado. Un camino en el que los elementos capitalistas crecerán y los socialistas se irán replegando poco a poco. Las empresas privadas o mixtas, al igual que ocurre en otros países comunistas (China y Vietnam), podrán dar empleo a buena parte de esos 500 mil trabajadores estatales que en estos meses se están yendo al paro.
¿Qué tipo de empresas privadas?
El gobierno prevé que en 2011 se crearán 250 mil empleos en trabajos por cuenta propia (autónomos o de autogestión empresarial) y 215 mil en empleos por cuenta ajena. Se han autorizado 178 actividades por cuenta propia, varias congeladas desde hace años (sólo 9 nuevas), que representan un avance respecto a la situación previa: los nuevos cuentapropistas (o “cuentapropietistas”) podrán obtener licencias para practicar más de una actividad en cualquier lugar del país, contratar empleados fuera de su familia (en 98 de las 178 actividades), alquilar locales del Estado o de otros ciudadanos con menos restricciones (los residentes en el extranjero con permiso, pueden alquilar viviendas y vehículos), vender sus productos o servicios a entidades estatales, comercializar productos alimenticios que antes estaban prohibidos, abrir cuentas y acceder a crédito bancario, y a paladares (pequeños restaurantes) aumentar las sillas de 12 a 20. Además se repartirán tierras ociosas a los campesinos para que las gestionen libremente; incentivar la producción de agraria introduciendo algo de propiedad privada y libertad de mercado es fundamental para la economía cubana ya que el 80% del consumo de alimentos se importa (principalmente de México).
Se han autorizado cooperativas de taxistas y transportistas, el alquiler de locales a peluqueros y salones de belleza fijando libremente los precios del servicio y del alquiler y pagando un impuesto al Estado y, por último y muy importante se permitirá la construcción privada de viviendas; hay escasez de viviendas, hay muchas familias amontonadas en casas pensadas para una sola familia. Para que todo esto sea posible será necesario dar formación profesional a este nuevo ejército de parados para que puedan trabajar como campesinos, albañiles, restauradores, o productores de bienes y servicios que demande la Isla (hay una necesidad desesperada de alimentos, agua, transporte, acceso a cobertura médica, electricidad, jabón y papel higiénico); habrá que poner en marcha un mercado legal para adquirir los inputs necesarios en ciertas actividades (chapistería, fundición, producción de jabón, artículos de aluminio, herramientas, productos agrarios, abonos, fertilizantes, etc.). En el plan se contempla además el acceso directo al crédito bancario y la eliminación de la “tasa revolucionaria” en la percepción de remesas enviadas desde EEUU. Es evidente que la reforma solo puede prosperar si cuenta con financiación.
En conclusión, las reformas que está implementando el gobierno cubano abren la esperanza a que una parte de la población mejore su nivel de vida, y si tienen éxito, que lo tendrán, a medio y largo plazo incrementarán la producción de bienes y servicios con efectos muy positivos sobre el bienestar. El problema es que introducir, aunque sea lentamente, el sistema capitalista va a aumentar la desigualdad en la distribución de la renta. Eso lo sabe cualquiera, hasta los chinos, pero al gobierno cubano no le va a gustar. Mientras tanto EEUU facilitará la reforma reduciendo las restricciones para viajar a a Cuba, permitiendo las visitas acdémicas, religiosas y culturales y, quien sabe, levantando el embargo económico que EEUU mantiene sobre Cuba.
Desde este blog felicitamos al gobierno cubano por esta apertura al mercado y a la economía internacional y le deseamos que no desfallezca y que persevere en el cambio que se acaba de iniciar. El pueblo cubano se lo agradecerá.
¿Permitirá Raúl Castro la inversión extranjera procedente de los cubanos que viven en Florida? ¿Los cambios económicos se acompañarán de cambios políticos? ¿La muerte de Fidel Castro provocará una revuelta popular contra nomenclatura comunista cubana? ¿Como cambiará Cuba a la muerte de Fidel?
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