Un editorial de The Wall Street Journal de 16 septiembre de 2010 (pág. 13; titulado: Convertible Castros?) pone de manifiesto que establecer y respetar los derechos de propiedad son fundamentales para la reforma de la economía cubana. El editorial afirma que el Partido Comunista de Cuba se propone despedir a más de 500.000 trabajadores antes de que finalice marzo de 2011, porque ya no puede darse el lujo de mantener sus “plantillas infladas”. Un reconocimiento histórico de que la Revolución ha fracasado.
¿Se producirán las reformas?
Desde que Raúl Castro sucedió como presidente a su convaleciente hermano Fidel en 2006, ha pronunciado numerosos discursos en los que se quejaba de la baja productividad de los trabajadores cubanos y de las estrecheces fiscales del gobierno. Tres huracanes el año antepasado, y la recesión mundial, han afectado muy negativamente a los ingresos procedentes del turismo y de las exportaciones de níquel.
Pero no sería la primera vez que las reformas económicas dirigidas al libre mercado se echan para atrás. Tras la caída del Muro de Berlín y el fin del llamado “subsidios soviético”, Fidel Castro atrajo inversión extranjera y permitió a los cubanos abrir pequeños restaurantes, transportar en taxis a extranjeros y usar el dólar estadounidense. Pero en la medida en que el Estado se fue recuperando económicamente, y apareció Hugo Chávez como una nueva fuente de subvenciones, las reformas hacia la libertad de mercado y la apertura al exterior se pararon. A muchos pequeños empresarios (cuentapropietistas) les fueron retiradas sus licencias.
Ahora, el régimen comunista afirma que volverá a permitir el espíritu empresarial. A los cubanos se les autorizará, entre otras cosas, a criar conejos, fabricar ladrillos, cortar el pelo, abrir nuevos paladares (pequeños restaurantes), recoger basura y cultivar hortalizas. Y el Estado dará de nuevo la bienvenida a la inversión extranjera.
Pero para que esta nueva apertura funcione es preciso introducir y respetar los derechos de propiedad. Mientras esto no se solucione no llegará la inversión extranjera.
La lección de las reformas económicas en China y Vietnam muestra que se debe incluir una auténtica y respetuosa libertad para crear y comerciar bienes, ganar dinero y disponer de los beneficios. Los cubanos sólo pueden hacerlo actualmente en el mercado negro.
¿Debe morir Fidel?
Las declaraciones sobre la reforma económica es también un intento de que el Congreso de los Estados Unidos derogue la prohibición de viajar a Cuba. El editorial (Convertible Castros?) afirma que The Wall Street Journal siempre ha apoyado el levantamiento íntegro del embargo contra el régimen cubano, pero también advierte que si los Castro están tan ansiosos por que esto suceda, Estados Unidos debería al menos obtener algo a cambio de tal concesión. El acuerdo podría incluir la liberación de los presos políticos, la derogación de las leyes que los llevaron a la cárcel, y permitir que los inversores extranjeros contraten y remuneren directamente a sus trabajadores. Mientras tanto, The Wall Street Journal duda que Cuba vaya realmente a cambiar antes de que muera Fidel.
La muerte de Mao fue necesaria en China para que Deng Xiaoping iniciase las reformas. También la muerte del general Franco fue el punto de partida para iniciar en España la apertura política y la transición hacia la democracia. ¿Habrá que esperar a que Fidel parta hacia la otra vida para que se den los cambios en Cuba?
Fuente: Editorial “Convertible Castros?“. The Wall Street Journal de 16 septiembre de 2010 (pág. 13).
Comentarios