Apenas tres días después de haber conocido los datos oficiales de la Encuesta de Población Activa el Ministerio de Trabajo e Inmigración ha hecho públicos los datos de paro registrado y afiliación del mes de abril. El dato estrella, que ya había sido filtrado durante el fin de semana por el propio Ministerio -para desactivar los malísimos datos de la EPA-, ha sido la reducción del paro registrado en 24.188 personas durante el mes de abril, lo cual constituye sin duda una buena noticia, pero que no debe ser utilizado para “lanzar las campanas al vuelo”. Así, el Boletín que publica el Ministerio ofrece el dato de paro desestacionalizado, y en ese caso comprobamos que una vez corregido de los efectos estacionales, la serie de paro muestra en abril un crecimiento de casi 63.000 personas, lo que no alimenta ni mucho menos el optimismo.
Una lectura positiva también podemos extraer de la afiliación a la Seguridad Social, que ha crecido en abril en 53.852 personas, si bien es conveniente destacar que más de 42.000 de los nuevos afiliados se localizan en Baleares y las provincias costeras de Andalucía, lo que refuerza la sensación del importante efecto estacional ligado al inicio de la campaña turística.
Y en lo negativo, dejando de un lado los datos, una de las declaraciones más sorprendentes es la que ha dado el Secretario de Estado de Economía, José Manuel Campa, que ha tratado de restar valor a los datos de paro registrado y de afiliación, al “depender de un Ministerio”, y señalar la independencia del INE, cuando precisamente es un organismo que depende del propio Secretario de Estado. No creo que su motivación sea la de minusvalorar la bajada del paro, sino probablemente la de tratar de rescatar algo del maltrecho prestigio del INE, que quedó muy tocado la pasada semana con la filtración de los datos de la EPA y la constatación de que desde el Gobierno se disponían a retocar la tasa de paro para que no superase el 20% durante la presidencia española de la UE.
En definitiva, un dato de paro difícil de interpretar: bueno en cuanto que supone una pequeña reducción, pero una vez desestacionalizado pierde esta connotación. Si a ello añadimos el descrédito que desde el mismo Gobierno se lanza hacia la fuente de esta información, lo que nos deja es una sensación de perplejidad. Quedémonos, por lo menos, con el aumento de afiliación promedio a lo largo del mes. Porque claro, como quizá los lectores sepan, el último día del mes la afiliación a la Seguridad Social cayó en 85.000 personas y el número de afiliados quedó en 17.604.000 afiliados, 44.000 menos de la cifra que el Ministerio nos ofrece como “oficial”: 17.648.500.
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