El Instituto Nacional de Estadística acaba de hacer público el avance del dato de crecimiento del PIB español correspondiente al primer trimestre de 2010. Como cabía esperar, el dato coincide plenamente con las proyecciones que recientemente publicaba el Banco de España en el Informe trimestral de la economía española de su Boletín Económico de abril. Así, el PIB ha registrado un decrecimiento real del 1,3% en el primer trimestre de 2010 en términos interanuales. La variación intertrimestral del PIB ha sido del 0,1%, primer dato positivo tras seis semestres con caídas.
Estos datos, al igual que los referidos a otros indicadores macro, como el índice de producción industrial son esperanzadores, si bien dan muestras de la debilidad de la recuperación. No conviene, ni mucho menos, echar las campanas al vuelo. Siguen existiendo riesgos importantes, como ha quedado claro con las turbulencias financieras que se han registrado en las últimas semanas en la zona euro a consecuencia de la crisis griega. En ese sentido, creo que es necesario establecer cuanto antes unas bases sólidas que permitan asentar la recuperación, recuperar la confianza de los mercados en nuestra economía y comenzar a avanzar en el tan cacareado cambio de modelo. En otras palabras, debemos afrontar cuanto antes las reformas estructurales que tantos organismos y analistas reclaman desde hace tiempo (el propio presidente Obama urgía ayer a nuestro gobierno en la adopción de medidas resolutivas)
Hoy el presidente Rodríguez Zapatero presenta en el Congreso las medidas de recorte del déficit público. Habrá que ver cuáles son y la manera en que pueden incidir sobre el crecimiento, bien de manera directa (retirada de los estímulos), bien de forma indirecta (valoración que de dichas medidas hagan los mercados y consiguiente percepción de los riesgos asociados a la elevada deuda española). Estaremos al tanto
Actualización: el discurso del presidente Rodríguez Zapatero ya puede leerse aquí. Las medidas más sobresalientes de las anunciadas son la reducción en un 5% de media (y posterior congelación) de los sueldos de los funcionarios y la suspensión para 2011 de la revalorización de las pensiones, excluyendo las no contributivas y las pensiones mínimas.
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