Pablo Díaz de Rábago, profesor de Economía del IE, nos envía el siguiente post.
Como es bien sabido, el grueso del mercado de la vivienda de los Estados Unidos de América es, desde una decisión de Bill Clinton en 1999 ( http://www.nytimes.com/1999/09/30/business/fannie-mae-eases-credit-to-aid-mortgage-lending.html?n=Top%2FReference%2FTimes%20Topics%2FSubjects%2FM%2FMinorities%20(US) ), sostenido en su riesgo de crédito por las famosas empresas semipúblicas Freddie Mac, Fannie Mae y Ginnie Mae (llamadas Government Sponsored Entities, o “GSE”).
Las GSEs concentran a día de hoy 5,5 billones españoles de dólares (el 78% del mercado hipotecario de los Estados Unidos y un 40% de su PIB) en créditos hipotecarios.
(http://ftalphaville.ft.com/blog/2010/01/14/126361/gse-losses-could-stand-at-448bn-amherst-says/)
Es decir, que Estados Unidos, que ha visto una caída del precio de la vivienda de un 30% desde el pico en 2006 y espera otro 15% más (llegando en algunos mercados que se parecen al español a caídas ya acumuladas del 50%) tiene un gran problema de financiación hipotecaria, y tras la decisión de Clinton, o por la decisión de Clinton, de financiación pública generalizada.
Dentro de los límites que el Presidente Obama ha establecido para las GSE está el no garantizar a futuro créditos hipotecarios que supongan más del 30% de la renta disponible de los tenedores.
Creo que el Banco de España (BCE) debería exigir algo parecido a las Cajas y Bancos españoles que necesiten soporte público (FROB, avales, etc…) aunque sólo sea por preservar el dinero público que todos le hemos aportado.
Si siguiésemos este razonamiento con rigor, debería exigirse no sólo un porcentaje de la renta disponible sino calculada durante un número razonable de años (no más de 15) y con una referencia de coste real sobre el dinero a largo plazo (pongamos un 7%, es decir 200 puntos básicos sobre la media de precio histórica del swap a 15 años) que los bancos deberían cubrir, como se hace en Estados Unidos, por ejemplo.
Entonces, para un mileurista, el valor máximo de adquisición de una vivienda sería aproximadamente de 40.000 euros.
Cuanto antes nos acerquemos a este número, menos dinero perderá España y sobre todo los españoles en mantener a flote la burbuja que hemos creado y nos come.
Post escrito por Pablo Díaz de Rábago, profesor de Economía del IE
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