En España el crédito al sector privado, empresas y familias ha caído un 30% en enero respecto al mismo mes del año anterior. ¿A qué se debe este “credit crunch”? La reducción del crédito hay que analizarla desde dos puntos de vista: desde los que prestan el dinero, es decir, desde el lado de los bancos y cajas de ahorros y desde los que solicitan los préstamos: familias y empresas.
A) Por el lado del sistema bancario, las entidades financieras está sufriendo las consecuencias de la crisis y esto tiene mucho que ver con el aumento de la morosidad. Este aumento de morosidad les exige mucha prudencia en la concesión de créditos, analizando cuidadosamente el nivel de riesgo. Ya no pueden dar crédito con la misma alegría que tenían antes de la crisis. La fuerte expansión del crédito, entonces, estuvo acompañada por un relajamiento de los estándares de riesgos. Ahora, en cambio, antes de conceder un crédito se evalúa detalladamente las posibilidades de que sea devuelto. Por eso se concede menos crédito.
¿Por qué hay morosidad?
El crecimiento de la morosidad se debe a que los bancos y cajas de ahorros tienen en sus balances algunos créditos tóxicos de difícil cobro y que las garantías de esos créditos valen menos de lo que figura en su contabilidad; piense el lector, por ejemplo, en créditos que tienen como garantía “suelo para construir” ¿Qué vale ese suelo? muy poco, mucho menos que el crédito que se concedió para la compra de ese suelo.
Como consecuencia el sistema bancario está teniendo pérdidas y deben tener, por tanto, mucha más precaución en las concesiones de crédito. Según la Asociación Hipotecaria Española (AHE), las promotoras inmobiliarias adeudan a la banca un total de 325.000 millones de euros, de los que la mitad corresponde a préstamos para la compra de suelo. Según el presidente del Consejo Superior de Cámaras de Comercio, Javier Gómez Navarro, las entidades financieras nunca recuperarán el 30% de esa deuda es decir, 97.500 millones de euros.
De ahí la importancia de que bancos y cajas reconozcan cuanto antes la totalidad de sus pérdidas y resuelvan de forma adecuada el importante tema de la valoración de sus activos tóxicos.
¿Por qué no se devuelven los créditos?
Las familias no los devuelven por los elevados niveles de desempleo y las empresas que no pagan lo hacen porque han cerrado o no están en condiciones económicas de hacer frente a sus obligaciones crediticias. Un ejemplo muy claro son las empresas de promociones inmobiliarias o vinculadas al sector de la construcción (muebles, electrodomésticos, menaje del hogar, materiales de construcción, etc.) que, como ahora venden muy poco no tienen ingresos suficientes para devolver los créditos.
A ello hay que unir las elevadas emisiones de deuda pública; los bancos pueden hacer un negocio mejor comprando esa deuda que dando crédito al sector privado.
B) Las familias no están solicitando tanto crédito como antes por dos motivos:
1) Las solicitudes de crédito hipotecario, por parte de las familias, se han reducido drásticamente a la espera de que baje el precio de la vivienda y a que las condiciones del mercado de trabajo mejoren. Un parado o un trabajador que ve peligrar su puesto de trabajo no está pensando en comprase una casa.
2) Las familias no solo no compran casas y no solo no solicitan créditos hipotecarios sino que tampoco piden crédito al consumo. Y las familias consumen menos por 3 motivos: a) falta de confianza en el futuro, b) enorme endeudamiento contraído en la fase expansiva del ciclo que les hace ahorrar más para poder devolver lo que deben a los bancos y cajas de ahorros y c) crecimiento del desempleo; los desempleados consumen menos que los que tienen un empleo. Y por tanto, no solicitan ni créditos al consumo ni créditos hipotecarios.
C) En cuanto a las empresas, sucede algo parecido. Están muy endeudadas y al igual que las familias tienen que desendeudarse. Y eso significa pedir menos crédito, no más. Tienen que devolver el enorme volumen de crédito que ya tienen concedidos. Además como las empresas tienen unas expectativas de futuro inciertas invierten menos, aumentan en menor cuantía su capacidad productiva, compran menos maquinaria, etc., y, por tanto, no solicitan tanto crédito como antes.
¿Seguirá disminuyendo el crédito en España?
Comentarios